domingo, 29 de abril de 2012

Empatía

Duras vidas las que hemos visto en Rusia. No solo por los niños que viven en orfanatos sino, sobre todo, por la de la gente normal. La que sufre y no se queja. La que llora y no sale en los periódicos. Lo primero que me vino a la cabeza fue: ¿España en crisis? Seguro que no para todos los que dicen estar en crisis. Podemos hacer cosas tan simples como viajar, aunque sea a un pueblo a 1 hora de distancia. Tenemos calefacción todo el año, calles hasta demasiado decoradas... Tenemos tantas cosas que resulta casi un insulto que muchos de nosotros digamos que estamos en crisis. Al fin y al cabo casi todos los que leemos estas líneas, vivimos bien sin haber hecho nada para merecerlo. Solo nacer en un sitio determinado, en una familiia determinada y no cagarla en el camino.

Empatía, ese bien tan escaso y tan difícil de conseguir. Bueno, sí, todos creemos ser empáticos. Con suerte con el que tenemos delante. Pero se nos nublan las ideas según se aleja nuestro objetivo. Así, podemos decir burradas como "Mucha gente ha cogido una patera porque en España tenía asistencia sanitaria".

Mucho camino por recorrer... yo mientras me uno a la iniciativa de Bill Dryton de llevar la empatía a los colegios (¡y a los hogares!) y añado otra idea: Erasmus de empatía obligatorio para todos los ciudadanos. Dicen que irse fuera ayuda a que los jóvenes sepamos desenvolvernos por nosotros mismos, aunque no siempre se consigue. Pero igual ha llegado el momento de obligarnos a irnos de cooperantes, a ayudar día sí día también en la residencia de ancianos de la vuelta de la esquina, o en el centro de drogodependientes,... quizá así no solo aprendamos qué es el sufrimiento humano sino que lo sentiremos en todas nuestras decisiones.

Y aquí llego a la política. Pensaba que las diferencias entre la izquierda y la derecha eran solo en papel pero me han bastado estos últimos meses para comprender que lo distintivo es la empatía por el sufrimiento humano. Subrayo humano. No quiero decir qué los partidos de izquierda sean increíblemente empáticos y buenas personas sino que las teorías, esas que se convierten en prácticas, se basan en una falta de empatía hacia los sectores más perjudicados.

Así entendemos que las nuevas medidas en salud son solo 4 cafés, o un pequeño esfuerzo. Que las de educación no repercuten en la calidad. No, claro, el listo seguirá sacando buenas notas. Y como tiene una familia estable y con dinero, irá a una universidad de pago. Y luego el padre le enchufará dará una oportunidad en una gran empresa. Y si tiene un problema de salud pagará tranquilamente un 50% de sus recetas, porque es un 0,0005% de su sueldo. Mientras el que ha tenido la mala suerte de nacer en el sitio equivocado tendrá que superar la barrera de una educación emocional escasa, de unos apoyos insuficientes, de que nadie le echará una mano en lo profesional y, encima ahora, resulta que no se esfuerza lo suficiente, que no permite a otros alumnos tener expedientes brillantes. ¡Qué me lo digan cuando el resto tenga que superar las mismas barreras! Y por la salud... ¡la gente no sufre por unos euros!

Ya lo advertía Obama en su libro y le ha pasado a él también. La carrera de la política fomenta el distanciamiento con el sufrimiento humano. Por lo tanto, requiere un esfuerzo extra. Requiere no solo saber que la gente sufre- que eso lo saben todos- sino sentir lo que el otro siente. Requiere comprender que lo que tenemos, lo tenemos casi por accidente y que nuestra felicidad reside también en los demás. 

Ya... lo sé.... malos tiempos para la lírica...

PD: perdón por el retraso en escribir y por hacer este post tan denso... quería contar demasiadas cosas y, lo peor, es que he estado quitando temas...