De vez en cuando, los medios de comunicación nos premian con esas noticias que no deben vender porque permanecen ocultas en algún lugar. Sí, realmente hay buenas noticias ahí fuera: la gente a veces es buena, hay personas que se preocupan por los demás, algunos países mejoran, existen políticos que no miran su propio bolsillo o las próximas elecciones, el desarrollo de la tecnología va ligado a veces a las necesidades de la sociedad...
Para compensar un poco la masificación de malas nuevas, os quiero rescatar una noticia de este fin de semana. Se ha presentado en Sevilla el proyecto Ecofa que planea desarrollar biodiésel de basura. Aunque hay desarrollos piloto en el "mundo mundial", lo importante de esta noticia (además de que la patente y el capital son españoles) es que se ha demostrado la viabilidad de la idea y que en año y medio lo podemos ver comercializado.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Desarrollado/biodiesel/obtenido/basura/elpepusoc/20081018elpepisoc_9/Tes
Aunque es una excelente noticia para la utilización de combustibles no dependientes del petróleo creo que es una noticia todavía más esperanzadora para la gestión de residuos. Era fácil de pensar: sobran basuras y faltan compuestos orgánicos para generar combustible. Lo que era difícil era de desarrollar.
Y digo que la noticia es más positiva para la gestión de residuos porque con el ritmo de inversiones actuales y las diferentes posibilidades actuales parece que es cuestión de poco tiempo que tengamos diferentes opciones viables para propulsar nuestros automóviles. A estos avances han contribuido la alta concienciación social por el cambio climático que han propulsado las energías renovables y los nuevos combustibles.
Sin embargo, han desaparecido del debate dos de los grandes retos de los próximos años: la gestión de los residuos y la del agua (aunque éste último se ha visto respaldado por la Expo). El primero, ya empieza a ser crítico en los países desarrollados (vease como pequeña muestra el problema de las basuras en Guipúzcoa) y el segundo lo será dentro de poco por convertirse en un bien escaso.
Si la basura orgánica puede ser transformada para producir combustible, significa que las autoridades competentes se pueden librar de una parte del problema. Todavía quedará la basura no orgánica (especialmente el plástico que cada vez aumenta más) pero será un importante paso adelante.
Aunque es una excelente noticia para la utilización de combustibles no dependientes del petróleo creo que es una noticia todavía más esperanzadora para la gestión de residuos. Era fácil de pensar: sobran basuras y faltan compuestos orgánicos para generar combustible. Lo que era difícil era de desarrollar.
Y digo que la noticia es más positiva para la gestión de residuos porque con el ritmo de inversiones actuales y las diferentes posibilidades actuales parece que es cuestión de poco tiempo que tengamos diferentes opciones viables para propulsar nuestros automóviles. A estos avances han contribuido la alta concienciación social por el cambio climático que han propulsado las energías renovables y los nuevos combustibles.
Sin embargo, han desaparecido del debate dos de los grandes retos de los próximos años: la gestión de los residuos y la del agua (aunque éste último se ha visto respaldado por la Expo). El primero, ya empieza a ser crítico en los países desarrollados (vease como pequeña muestra el problema de las basuras en Guipúzcoa) y el segundo lo será dentro de poco por convertirse en un bien escaso.
Si la basura orgánica puede ser transformada para producir combustible, significa que las autoridades competentes se pueden librar de una parte del problema. Todavía quedará la basura no orgánica (especialmente el plástico que cada vez aumenta más) pero será un importante paso adelante.
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