Eso no quiere decir que no me haga ilusión que llegue la Navidad. Obviamente, por las vacaciones :). Pero sobre todo porque trae cosas que si me llenan. Por ejemplo, el juntar a (casi) toda la familia alrededor de una mesa, olvidarnos del día a día y compartir penas y alegrías. Eso me gusta. Y me parecer genial tener la Navidad como excusa para, por lo menos, hacerlo una vez al año. También me gusta que el que lleguen estas fiestas nos "obligue" a acordarnos de todos a los que queremos, estén en China o en la puerta de al lado. Una sola postal o un e-mail de una línea te hace una ilusión enorme.
Con niños aparecen nuevas sensaciones. Ahora con Diana me encanta que viva la ilusión de saber que hay alguien extraño (sea Reyes Magos, Olentzero, Papa Noel, Ded Moroz o lo que sea) que sin conocerle le va a traer un regalo sorpresa. Aunque tampoco quiero enrollarme, lo que quiero decir es que disfruto de lo esencial. Y eso normalmente suelen ser sentimientos. Y esos sentimientos pueden aparecer con muy poquitas cosas materiales. O, al menos, así es como me gusta vivirlo a mí. Y como muestra, un botón: El mini-arbol de Navidad de Diana con lucecitas que le encantan y un cartelito donde acaba de aprender a escribir su nombre. Ver esto es lo que hace que me guste la Navidad. Aunque eso sí, a mi manera.
¡Feliz Navidad, chicos! En la forma, tamaño o color que os guste pero que la disfrutéis. Que seais un poco más felices y que celebremos muchas muchas más :)
2 comentarios:
Saludos Iñigo, soy el aita de Laura,espero que esteis bien,saludos para tus padres y hermana,,,
Hola joserra!
Q ilusión ver tu comentario. Un besazo tb para vosotros. Me acuerdo un montón de los partidos de volley en la playa y los ratos en la piscina. :)
1abrazo y feliz año
Publicar un comentario