viernes, 4 de junio de 2010

La épica de la derrota

Año 1995. Final de liga de baloncesto entre Unicaja Málaga y Barcelona. Un granito de arroz contra una montaña de cereales. Partido igualadísimo. Quedan solo unos segundos y Unicaja pierde por 2 puntos. Posesión para los de Málaga. Coge el balón Ansley después de un auténtico partidazo y se la juega todo a un triple, cara o cruz. Todo o nada. Gloria o fracaso. El balón vuela, avanza lentamente y con él nuestros deseos. Queríamos levantar los brazos para celebrar el imposible, la victoria de David frente a Goliat... ¡pero no entró!.. como no entró el penalti de Djukic o millones de jugadas. Todas igual de nimias en el devenir del mundo pero igual de crueles para las almas de miles de personas.

E imagino ese momento de abatimiento contado por una película americana: una cámara desde lo alto baja rápidamente, gira 360º alrededor del jugador, muestra su decepción, su hundimiento, su fracaso. Tuerce el objetivo su camino hacia las gradas, enfoca lágrimas, caras tristes.

Nosotros, desde el otro lado de la pantalla, identificamos ese momento con un sentimiento negativo y nos olvidamos por completo de que ese suele ser el motor de las mejores cosas en nuestras vidas. Es en esos momentos cuando he aprendido a aceptar que no todo puede salir siempre bien, que no se puede ganar siempre, como decía Deluxe en su maravilloso "Es el mejor momento". Cuando he sentido un empujón para aceptarme y quererme a mí mismo. A saber identificar quién va a estar a mi lado. En esa desesperanza es cuando nacen los sentimientos más humanos, es cuando nos conectamos con nuestro verdadero yo. Cuando planificamos nuestros mayores retos, donde nos podemos hacer mejores personas, donde nos olvidamos de las barreras del día a día y soñamos. Y soñamos tanto que lo queremos hacer realidad. Y peleamos.

Por eso, sugiero que nos alegremos por ellos (o por nosotros) porque tienen la posibilidad de vivir la épica de la derrota. Porque es entonces cuando nos corresponde escribir nuestra historia. Cuando nos corresponde cambiar nuestro rumbo, aprender cosas. La épica de la derrota porque transformamos una situación negativa para nosotros en una oportunidad única. Y lo mejor de todo, que tenemos derecho a ser felices mientras cambiamos. Tenemos derecho a sentir placer por nuestras propias vidas aunque no hayan llegado al puerto en el que esperamos atracar. Solamente haber superado las dificultades es un motivo de alegría. Por eso, deberíamos hacer un buen zoom a sus caras y ver la alegría en su tristeza, la esperanza en su derrota, el futuro en su presente. Deberíamos soltar confetis. O mejor, fuegos artificiales.

Este post se lo podría dedicar a mucha gente. En realidad, a todos. Porque todos luchamos por levantarnos. Aunque algunos hayan tenido una caída más grande. Así que a todos ellos (o vosotros o nosotros) deciros que el Unicaja ganó años después la Liga, igual que lo hizo el Depor. Deciros que vosotros vais a poder escribir vuestra película. Que vais a saber darle un final feliz. Vais a encontrar felicidad allí donde vayáis. Y que cuanto más difícil sea cambiar, mejor os sentiréis mientras lucháis contra la adversidad....

Y, desgraciadamente, tengo que cerrar este post. Pero no sin antes contaros que la vida tiene muchas casualidades ya que cuando por fin he "visto" este post, he recibido una recomendación musical de pilluelo que se adapta perfectamente a estas letras. Así que para demostrar que soy un alternativo de corazón y para acabar este post de una forma tranquila pero que os de coraje os dejo una canción de Miley Cyrus que tiene mi sello de "Grosses Thema". Sí, ya sé que pensaréis que estoy loco, pero por eso soy alternativo de corazón :). Y para que lo comprobéis os dejo la letra en inglés y en castellano. Gracias, pilluelo.


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