jueves, 13 de octubre de 2011

Menos stevejobses y más yunnuses

Ha pasado más de una semana desde la triste noticia de la muerte de Steve Jobs. Rápidamente nos hemos apresurado todos a encumbrarle en lo más alto… Nada tengo contra el creador del iPhone, que es libre de hacer con su vida lo que le plazca. Pero sí me vais a permitir que esté en desacuerdo con todos aquellos que lo catalogan como el gran referente de esta época, como un semidios venido a salvarnos con el iPad. Porque todo eso puede ser cierto si no hemos aprendido nada de esta crisis; puede ser cierto si nuestro objetivo en la vida y como empresas es conseguir que los ricos sean más ricos y que nos de igual toda la gente que lo pasa mal.

Por eso, y porque creo que somos muchos los que queremos arreglar esto (un servidor con su limitado impacto), me permito afirmar que el mundo no necesita muchos Steve Jobs, sino muchos ricos que se den cuenta de que ganar dinero no es un fin, como le ocurrió a Bill Gates en el año 2006; si tengo que elegir prefiero que las mentes más brillantes, como la de Jobs, dediquen su talento a cambiar este mundo, como Yunnus con Graamen Bank o como Bill Drayton con Ashoka; y, si se puede, que las tabletas tengan un fin social como está pasando en India; si tengo que poner empresas ejemplares no mencionaré a aquellas cuya estrategia futura se centra en crear gadgets y más gadgets sino a aquellas que se transformen y persigan crear valor compartido para la sociedad y para la finanzas de la empresa, como están haciendo HP, GE y tantas muchas otras a este lado del océano; y si de algo estamos necesitados no es de emprendedores Apple+ en un garaje sino de emprendedores sociales, sean los de ashoka, momentum Project, hub Madrid, eutokia, ennovent, acumen, o tantos muchos otros…

Por eso, esta mañana pensaba que para mí Steve Jobs puede ser super creativo, buen gestor y todos los buenos adjetivos empresariales que queráis pero si algo no es, es el ejemplo de empresario del siglo XXI. Lo es, pero del siglo XX. Ha seguido un patrón heredado y lo ha llevado a la excelencia pero afortunadamente el mundo está cambiando. Y solo es cuestión de tiempo que lo sepamos ver.