jueves, 24 de septiembre de 2009

Batalla Musical (III)

batalla musical, hoy en territorio nacional. Perdón, estatal :) Inician la carrera de manera activa Los Ronaldos con "Por las noches" gritando "Nos damos un paseo, corremos por las calles, un poco de jaleo, ahora que no hay nadie" ... y ¿quién se puede resistir? Nos ponemos algo de ropa y nos vamos de juerga con Koke Maya y cia. Sí, ¿por qué no? Parece un tipo majo... y sale en la tele (el 2º argumento es aplastante para el 70% de la población)


Sin embargo, siempre hay alguien que quiere guerra. Será porque les gusta llevar la contraria o porque realmente piensan así pero llega Siniestra Total y nos corta el rollo con su tema "Camino de la cama". Con frases como "Camino de la cama, es el mejor camino. Solo estar durmiendo es mejor que estar dormido" yo pido que paren el tren que me voy a mi casa. Para mí esta batalla no tiene color. Una buena y divertida canción contra un himno para los sopazas como yo. No sé que pensáis vosotros pero yo voy a volver a escuchar un par de verdades en esta canción. A ver dónde está el play... aquí... "yo prefiero horizontal y a dormir a pierna suelta" (...) "no hay nada como mi almohada, yo la abrazo y la consulto, me aconseja y me ama"....

martes, 22 de septiembre de 2009

Todos tenemos un pasado

Increíble documento el que acabo de encontrar. Xoel López (alma de Deluxe y una de las figuras hoy día de la escena indie), Juan de Dios (su inseparable amigo y un tío hiper-salao') y dos amigos salieron cuando eran unos pipiolos en......¡Lluvia de estrellas!

¡Es genial! No tiene desperdicio. Esta noche en lluvia de estrellas Xoel López, Juan de Dios y cia. interpretando Help! de Los Beatles (cortina de humo y desparecen ;))


viernes, 18 de septiembre de 2009

Extraños sueños

Como cantaba Luixy Toledo: "Extraños sueños que me vienen que me vienen en la noche..."

No, no se me ha ido la onda... no, todavía, al menos... Puede que no tenga nada que ver pero el jueves fui a jugar al padel al Trinkete con unos compañeros de trabajo. Y cuando estábamos pagando nos dimos cuenta de que al lado nuestro estaba..... ¡Arnaldo Otegi! XO

Sí, vale, Trinkete tiene 1 frontón, pero tiene también unas 6 pistas de padel... que yo no digo que estuviese jugando al padel... pero es que sólo pensarlo me entra la risa tonta... me lo imagino con el polo, los calcetines blancos subidos hasta la mitad del gemelo, las zapatillas blancas impolutas... y es que no puedo aguantarme... lo veo con su pala haciendo golpes perfectos a lo Federer, secándose el sudor con un leve movimiento de brazo...

Y en esos extraños sueños que me vienen me lo imagino jugando al padel contra Aznar...AHHHHHHHHHH.... ¿os imagináis ese partido? Me hipotecaría para poder verlo... Y sigo soñando despierto y me los imagino jugando de parejas, Aznar super-mazas (y grimoso) con su melena al viento (akdsjf¨:¨**hiun^*¨¨Ñ) y Otegi al lado con su pendiente lanzándole miradas cómplices, debatiendo la táctica... animándose el uno al otro cuando fallan, chocándose las palas cuando hacen un tanto bueno...... ¡¡¡AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!!!

Cuanta razón tenía Luixy Toledo cuando cantaba en su friki-grosses thema "son pesadillas que me quitan la vida... son pesadillas que pervierten mi almaaaaaa...."

domingo, 13 de septiembre de 2009

Lituania: primeras impresiones

No he estado ni 24 horas en Vilnius, Lituania, pero me vais a permitir que me explaye un poco porque me ha dejado muy buen sabor de boca.

Lituania es un país pequeñito que se independizó de la URSS y al que he tenido que buscar en una mapa porque no sabía situarlo exactamente. Cuenta la leyenda que fue la zona que más ímpetu puso en la independencia de la URSS y que hoy en día la relación con ellos es “normal”, dentro de lo normal que puede ser la relación con Rusia. Pero más que leyendas os quiero contar lo que he visto.

La llegada en avión muestra un paisaje llano y verde con multitud de lagos dispersados. Afortunadamente el tiempo es bueno pero resulta fácil imaginarse esos lagos congelados en pleno invierno, cuando se pueden alcanzar temperaturas de -30ºC.

La llegada al aeropuerto no puede ser más llamativa. El aeropuerto de Vilnius será en extensión más o menos como el de Bilbao. No está mal. Pero me llama la atención la poca cantidad de aviones que se ven (más adelante me cuentan que la principal aerolínea nacional ha quebrado hace unos meses). Después de recorrernos el aeropuerto entero (algo ya habitual en cualquier aeropuerto, nos situamos junto al finger y 2 operarios se disponen a acercar el finger para poder salir nosotros directamente dentro del aeropuerto. Tras un par de minutos, nos informan de que vamos a tener que esperar porque lo han colocado mal. En ese momento, otro operario se acerca con una escalera portátil (esas que se conducen y tienen ruedas), pero desde el avión le dicen que no y echa marcha atrás. Entonces abren la puerta y bajan unas escaleras. Un autobús de la posguerra se acerca sigilosamente, y otros 2 operarios miran la situación. En resumen, un avión, un finger, una escalera portátil, un autobús y seis operarios para ayudarnos a bajar del avión.

Finalmente nos bajamos del avión y nos vamos al autobús. El conductor arranca y anda como 10 metros. Se para. Nos deja dentro con las puertas cerradas. Esperamos 5 minutos, nos abre las puertas y nos metemos dentro del aeropuerto. ¡Viva la eficiencia! Lo mejor de todo es que en el avión de vuelta ha vuelto a pasar lo mismo. ¡Cualquiera diría que brussels airlines aterriza todos los días aquí!

Una vez en tierra, cojo un taxi. Ya me habían advertido de que el viaje cuesta unos 10€ (35 litas), que suele ser un poco más caro porque sólo hay una empresa y que intentan timar a los turistas. Así que me dirijo al primer taxi, le enseño la dirección y le pregunto precio. Me dice que 18-19 litas. Le digo “¿18-19 (eigtín-naintín)?”. Y me dice que sí. Como sigo con la mosca detrás de la oreja, justo cuando habíamos arrancado le digo “¿eigtíiiiiiiiiin o eigti?”. Y ahí es cuando me entero del pastel. Me quiere cobrar 3 veces más por el viaje. Razonamiento del taxista: guiri+cara de lelo = 90 litas. Le digo que no y volvemos a la parada. Y empieza de nuevo el circo. Me acerco a otros taxis y les digo que el otro me quiere cobrar 70 litas (guiri, pero no tonto…) y me dicen que 70-80 es el precio normal (¡vamos mejorando!). Uno de ellos me baja a 60 y yo le digo que como mucho puedo subir a 40. Al ver su cara, utilizo la táctica de la Maika: “Bueno, ¿cuál es tu última oferta?”. Y me dice que 60, así que no funciona.

Me voy a otro grupo de taxistas y vuelvo a empezar. Me dicen que nanai. Y cuando estaba empezando a cansarme, se acerca uno del grupo anterior y me señala a otro taxista. Miro y es el único con un taxi rojo, el tipo está dormido, le habla y se despierta. ¡Qué pinta de pirado! El destino se apiada de mí y el hombre dice que no me lleva. Entonces me señala a otro y ese acepta llevarme por 40-50 (al final fueron 45). Reflexiono y me parece que para ser guiri y la primera vez aquí, no está mal. Así que acepto. El hombre tiene cara de buena gente y no sabe ni papa de inglés –quizá por eso aceptó-. Y a partir de aquí sólo puedo contar cosas buenas (de trabajo no voy a hablar, claro, pero también muy bien).

El centro de Vilnius es dinámico y está sorprendentemente desarrollado. En muchas cosas no le diferencia de la mayoría de ciudades europeas: gente joven con ganas de divertirse, looks alternativos, parques de niños con abuelas cuidando de sus nietos, mujeres de mediana edad acicaladas y a la moda, coches caros, gente luciendo deportivos, calles cuidadas, carril bici, monumentos. Pero también hay cosas que la hacen única: una mezcla de iglesias católicas y protestantes, trolebuses, algunos autobuses con décadas encima,… Cuando sales del centro se nota más la diferencia, se nota que es un país a medio hacer que avanza hacia la “modernidad”, que ve en Europa lo que puede ser. Así, te encuentras carreteras poco cuidadas, algún coche digno de museo, una autovía en la mediana se abre para cambiar de sentido, amplias zonas a medio urbanizar. Pero la ciudad conjuga buen humor, seguridad, ambiente juvenil y moderno, restos de la antigua Unión Soviética y mucha muchas ganas de progresar.

Sí, la mayoría de juicios serán precipitados. Pero me gusta. Afortunadamente este blog lo lee poca gente y no la poblará de turistas. Así que, no sé que pensará Jaione pero éste es un sitio ideal para pasar unas vacaciones: alquilando un coche y viendo el campo y la ciudad, o pasando entre países en autobús o tren, o 5 días disfrutando de Vilnius. El caso es que hay que volver. Lo “malo” es que hay tanto mundo por ver…. Y tan poco tiempo y dinero... :)

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Un día en el aeropuerto

Tal y como nos pasa a todos, me equivoco con frecuencia. Y me viene esto a la cabeza mientras espero al embarque de mi avión en un aeropuerto. La razón es bien sencilla: antes solía considerar que los aeropuertos eran meros trámites y que, incluso eran lugares aburridos donde lo que querías era estar ya en casa, en tu destino vacacional o en tu reunión de trabajo.

Y, afortunadamente para mí porque no paro de pisarlos, he cambiado de opinión. Sigo odiando la etapa del escáner en el que tienes que abrir todo, quitarte todo, andar con los pantalones medio caídos, sujetando una caja blanca y haciendo malabares para llevar tu maleta. ¿Quién no se siente como una oveja? Y, lo que es peor, en algunos momentos pareces un delincuente.

Pero iba diciendo que, a pesar de los escáneres y algún que otro inconveniente, los aeropuertos tienen su magia. Hace unos cuantos meses ya lo contaba en un post (¡premio para el que lo encuentre!) pero mientras esperaba hoy en Bruselas me iba fijando en cómo, afortunadamente, está cambiando el mundo para bien.

Miras alrededor y te encuentras un montón de individuos enormemente diferentes entre sí y….. ¡no pasa nada! Sentado en mi silla miro a mi derecha y tengo a 2 metros a un hindú con vaqueros y su punto rojo en la frente, detrás de él una familia del Este de Europa, al lado unos centro-europeos, en la puerta de embarque de enfrente una mayoría de raza negra; por el pasillo hombres y mujeres despistados buscando su puerta. Algunos de ellos serán homosexuales con pinta de hetero o locazas; heterosexuales que parecen homosexuales o heteros; otros serán cristianos; otros ateos o musulmanes; unos van vestidos de ejecutivo y el fin de semana van con bermudas, otros con bermudas cuando casi siempre van como un cincel; unos con cresta; otros rapados...

Sí, ya sé que no he descubierto nada. Pero me alegra palparlo. Me alegra sentir que después de tantas malas noticias que escuchamos de enfrentamientos entre diferentes, realmente se ha producido un cambio. Realmente una mayoría silenciosa se respeta. Me anima sentir que la imagen del pueblo en la que el que se cambiaba el tupé de lado era mirado como un loco, un extraterrestre o (¡Dios nos pille confesados!) un revolucionario ha cambiado. Ya hasta te pueden “aceptar” en Donosti si no te gustan los fuegos artificiales y piensas que quizá La Concha no es la playa más maravillosa del mundo. Incluso la comunidad malagueña puede aceptarte si no sabes bailar sevillanas, tienes apellidos raros y no llevas camisa. Es gratificante pensar que hoy en día puedes ser de Bielorrusia, ser un fan del ukelele, del antiguo Egipto y de la comida del McDonald’s y no sentirte avergonzado por ello.

Por eso, simplemente quería escribir estas líneas para que os paréis un segundo a pensarlo y valoréis lo conseguido. Vale, el mundo no es perfecto. Pero colguémonos una medallita por un segundo y sonriamos… eso sí, cuando pase ese segundo, ¡todos a intentar mejorarlo!