viernes, 25 de mayo de 2012

ChiquitRina, las penas vienen y van

Dicen que los enamorados sienten que todas las canciones están escritas para ellos. A mi el enamoramiento me queda lejos, pero en éstas últimas 24 horas he escuchado más canciones supuestamente dedicadas a Diana que en los últimos 2 meses. Es lo que tiene que ya sepamos que en Junio no vamos a hacer el segundo viaje a Rusia y habrá que esperar a después del verano...

Ya. Ya sé que cuando hablan de separación, de corazones rotos, de lágrimas o de amor no se refieren a un padre separado de su hija. Ni siquiera en la de "Mi lamento" de Dani Martín, que resulta que es a su hermana que falleció hace poco. Pero ahí me tenéis en un coche yo solo con la radio a tope y en plan sentimentaloide.

Muchas son las que me vienen a la cabeza sin necesidad de sintonizar em transistor. Pero hoy me voy a despedir dejando una canción (ñoña, para que vamos a engañarnos) de ABBA. El honor le debería corresponder a Mamma Mia, pero es que hoy cuando tenía la guardia baja me han rematado con Chiquitita. Y uno es humano. Y le viene bien pensar que las penas vienen y van. Y, sobre todo, que desaparecen:

sábado, 12 de mayo de 2012

¿Nos están estafando?

Hay quien piensa que las protestas como las del día de hoy son una pataleta de un niño de papá. Ese que se queja por nada y que no entiende que todas estas medidas son las que HAY que tomar. Yo no voy a entrar en el debate de si esta enésima reforma financiera es la correcta o de si es obligatorio recortar esa cantidad y de dónde se recorta. De si la nacionalización o el banco malo light es lo único que nos puede salvar. Ya habrá tiempo para ese debate. Lo que quiero hoy es que los árboles no nos impidan ver el bosque...

Si hiciésemos un balance de estos años de crisis (con gobiernos de un lado y de otro y en distintos países) veríamos como se ha prestado y regalado dinero a porrillos a entidades financieras, se nos han impuesto menos derechos a los trabajadores, hemos empeorado nuestra calidad de vida con un peor sistema educativo y de salud, se han reducido nuestros salarios (ya seamos pensionistas, funcionarios, trabajadores de la empresa privada),... Bueno, pero es que.... ¡una crisis supone sacrificios!

El problema aparece cuándo miramos qué hemos ganado con esta crisis como ciudadanos. Ni la vimos venir, colaboramos con ella y nos pegó un sopapo de golpe. Parece justo que también paguemos por estar en el ajo pero que a cambio consigamos un mundo más justo, mejor. La respuesta es triste: básicamente, no ha valido para NADA positivo. No se han puesto los medios para que no vuelva a ocurrir algo parecido, ya que, por ejemplo, se está incubando la burbuja alimenticia; No ha pagado nadie, no hay culpables, ni banqueros, ni agentes públicos,.... nadie.... ni por la burbuja financiera, ni por la inmobiliaria.... nadie...; no se ha llegado a imponer la tasa sobre transacciones financieras para recuperar parte del dinero que hemos tenido que poner en los bancos; no estamos haciendo verdaderos esfuerzos por frenar el cambio climático; no se han incluido criterios éticos, sociales y/o medioambientales en la toma de decisiones, en la compra pública; no hay más gobernabilidad global (exceptuando la de "los mercados", claro); no se han controlado los mercados, la especulación, el dinero rápido, las posiciones a corto; somos menos ricos pero no para aliviar la situación de los más pobres sino para que el 1% megamultimillonario sea todavía más odiosamente rico; los políticos siguen con estupendas condiciones laborales; tenemos ex-presidentes cobrando porque sí mientras luego tienen sueldos de 5 ceros en empresas sobre las que antes regulaban; no hablo de la Casa Real; ni tampoco del Senado; .... en definitiva, poca cosa hemos conseguido para tener un mundo mejor.... bueno, sí, España ganó la Eurocopa y el Mundial #modoIroniaON

Y, entonces, ¿puede alguien explicarme por qué no debería sentirme estafado?

viernes, 4 de mayo de 2012

Necesitamos que lo eco sea cool

Cambiamos. Sí, chicos, aunque todos ladeemos la cabeza y pensemos que no podemos, lo hacemos. Y cuando llega el cambio queremos que todo el mundo gire a nuestro alrededor. En ese momento nuestra verdad se convierte en universal y nos indignamos con los que nos rodean. ¿O es que hace 5 años no debíamos indignarnos por lo que nos levantamos desde hace casi un año?

Así ha sido en lo que respecta al Medio Ambiente. Desde los hippies de los 70, pasando por distintas variantes llegamos a un punto en el que lo medioambiental empieza a tocar a las masas. Ha dejado de ser algo marginal para transformar a toda la sociedad. Pero, ¿no es eso lo que queríamos?

 En parte. Queremos además que lo haga con nuestra verdad inviolable, con lo que tenemos AHORA MISMO en la cabeza. Y no hay negociación. Es por eso que consideramos que pervertimos el concepto si otros adoptan versiones light de lo eco. Por lo que nos olvidamo completamente como hemos llegado nosotros hasta aquí, pervirtiéndonos poquito tras poquito. Y negamos a los demás que puedan seguir un camino gradual. No aceptamos que tienen derecho a pensar diferente, aunque no nos guste. Y, sí, nosotros hemos hecho lo mismo antes.

Por eso mi deseo inicial: que lo eco sea cool. Necesitamos que lo perroflaútico medioambiental permee en toda la sociedad. Que no quede en unos cuantos puristas que se juntan en medio del bosque para golpearse en el pecho.

Necesitamos que Zara o Bershka o quien sea venda camisetas en las que quede guay reciclar. Necesitamos que en todas las ciudades pase como en San Sebastián: que solo seas super-molón si vas en bici; y si es vieja y reutilizada ya es que lo rompes. Necesitamos restaurantes eco que sean chic (como el de Bilbao de la foto). Necesitamos vídeos de youtube, dibujitos, canciones pegadizas,... Necesitamos que todos y cada uno de nosotros encuentre una razón para cambiar sus hábitos. Los habrá más puros o más frívolos pero... ¿se trata esto de ponerse una medalla o de transformar el mundo en que vivimos?

When you buy, buy baby....