viernes, 24 de diciembre de 2010

¿Santa o Grinch?

Normalmente me describo como un ser cero-navideño. Es una forma rápida de explicar que no comparto lo que mucha gente entiende por "gustar la navidad". No me gusta el sentimiento de tenerqueregalar, no me gusta ir de compras, no soy cristiano, no me gusta la decoración (en general y en particular)... Cada cual que la viva como quiera/pueda, pero no me siento identificado con todas esas cosas representativas de la Navidad.

Eso no quiere decir que no me haga ilusión que llegue la Navidad. Obviamente, por las vacaciones :). Pero sobre todo porque trae cosas que si me llenan. Por ejemplo, el juntar a (casi) toda la familia alrededor de una mesa, olvidarnos del día a día y compartir penas y alegrías. Eso me gusta. Y me parecer genial tener la Navidad como excusa para, por lo menos, hacerlo una vez al año. También me gusta que el que lleguen estas fiestas nos "obligue" a acordarnos de todos a los que queremos, estén en China o en la puerta de al lado. Una sola postal o un e-mail de una línea te hace una ilusión enorme.

Con niños aparecen nuevas sensaciones. Ahora con Diana me encanta que viva la ilusión de saber que hay alguien extraño (sea Reyes Magos, Olentzero, Papa Noel, Ded Moroz o lo que sea) que sin conocerle le va a traer un regalo sorpresa. Aunque tampoco quiero enrollarme, lo que quiero decir es que disfruto de lo esencial. Y eso normalmente suelen ser sentimientos. Y esos sentimientos pueden aparecer con muy poquitas cosas materiales. O, al menos, así es como me gusta vivirlo a mí. Y como muestra, un botón: El mini-arbol de Navidad de Diana con lucecitas que le encantan y un cartelito donde acaba de aprender a escribir su nombre. Ver esto es lo que hace que me guste la Navidad. Aunque eso sí, a mi manera.

¡Feliz Navidad, chicos! En la forma, tamaño o color que os guste pero que la disfrutéis. Que seais un poco más felices y que celebremos muchas muchas más :)

domingo, 12 de diciembre de 2010

Las guerras de hoy en día

Hace unos años nos hablaban de cómo había cambiado el concepto de guerra: de una convencional con ejércitos enfrentándose a otra de terrorismo puntual. Así lo hemos visto dentro de países occidentales en el 11-S o el 11-M y también en guerras en países como Irak o Afganistán.

Sin embargo, un nuevo tipo de guerra parece que está llegando. No tiene porque tener muertos pero sí puede arruinar la imagen de un país, hacerlos muchos más pobres o romper puentes con otros países. Así, el mayor enemigo de EEUU ahora mismo no es Bin Laden, ni Irak, ni Irán, ni Al Qaeda. El mayor enemigo ahora es un tipo extraño e irreverente pero descarado y con principios llamado Julian Assange. No solo ha hundido la imagen de EEUU como eje del Bien, si es que alguien se creía eso, sino que le ha granjeado malas relaciones con otros países. Y lo que falta por escuchar. Además, toda la limpieza de imagen que supuso la llegada de Obama para la opinión pública fuera de EEUU se ha ido al traste con las filtraciones. Nos vuelve a quedar claro que si hay que presionar a jueces, se presiona; si hay que espiar a la ONU, se espía; si hay que si hay que ocultar asesinatos y evitar hacer justicia con sus responsables, se hace. Todo por el bien común, la democracia y la justicia universal.... perdón, por el bien propio, la impunidad, la injusticia y el dinero de sus empresas...

También el "mercado" decide que Irlanda tiene que pagar. Y se acepta un crédito exterior que obliga a rebajar drásticamente las condiciones de vida de los irlandeses. "Mercado" suena bien: algo externo, hetéreo, que no está claro como funciona. Sin embargo, son personas individuales apostando a qué país va a caer, cuál debe machacar a sus ciudadanos con la intención de.... ganar dinero... si al menos, fuesen ONGs que ejercen de robinhoods....

Desde la llegada de Obama también se hizo un esfuerzo por acercarse a los países islámicos y a la inmensa mayoría moderada de su población. Sin embargo, en cuestión de días un pastor desconocido propone quemar coranes en el aniversario del 11-S y dinamita todo acercamiento.

Al final, parece que ninguna guerra volverá a ser igual. Que cada vez es más importante la acción individual. Para lo bueno y para lo malo. Gandhi lo tendría mucho más fácil hoy día. pero también Hitler.

Parece que cada vez es más importante la transparencia, la ética porque cada vez es más importante nuestra opinión... Si tenemos toda la información que queremos y la capacidad para ejercer nuestro poder sobre empresas, gobiernos, líderes, ¿por qué no utilizarlo para hacer un mundo mejor? Al fin y al cabo, unos pocos se encargarán de aprovecharlo para cargárselo...

Necesitamos Assanges. No necesitamos pastoresquemacoranes. Necesitamos consumidores responsables. No necesitamos consumidores que solo se ven su ombligo. Necesitamos personas como tú o como yo que hagan lo que puedan, que intenten ser consecuentes, que luchen (sin armas),.... ¿a qué ejército te quieres unir?

domingo, 21 de noviembre de 2010

Visión, misión y valores

Cualquier universidad o máster del universo que se precie, te enseñará que cada empresa debe definir su pack “misión, visión y valores”. Y, además, ponerlo bien visible en la Web. Al fin y al cabo es la carta de presentación de tu empresa. También te enseñan a pensar sobre ellos. Y te dicen lo que debes poner. Más o menos lo mismo que te dirán dentro de poco sobre la Responsabilidad Social Corporativa.

Es ácidamente gracioso dar un paseo por algunas grandes empresas y leer, por ejemplo, su misión. Y digo las grandes porque es más fácil encontrar esta información, pero pasaría lo mismo con la mayoría de las más pequeñas.

Si, un poner, nos da por acudir a DANONE, que hoy venía en el periódico como ejemplo de empresa responsable, vemos que su misión es "Brindar salud a la población a través de la alimentación". Preciosa misión. Sin embargo, la guía roja y verde de greenpeace sobre transgénicos, le marca con un brillante color rojo. Es decir, utiliza transgénicos que impactan en la alimentación de sus clientes y en la de los productores locales, matando la diversidad. Un error lo tiene cualquiera, podríamos decir. Se cambia y listo. Sin embargo, no creo que cambie si los consumidores no presionan ya que su misión es ganar dinero ofreciendo productos alimenticios.
Lo mismo podríamos hacer con Nestlé que "quiere proporcionar mejores productos alimenticios para conseguir una mejora en la vida de las personas".

Por otro lado, el gran gigante Shell nos comunica que está en este mundo para "gestionar su negocio de una manera segura y sostenible económica y medioambientalmente". Pero luego viene una ONG o un reportero callejero y cuenta esto o esto en Internet. Buscad las siete diferencias.

También podemos ir a Jonson & Jonson que en su Credo nos cuenta que " son buenos ciudadanos, que cuidan de las comunidades donde operan y que protejen el medio ambiente". Pero en el listado de productos químicos con toxicidad sus productos aparecen con altos índices de componentes que ponen en riesgo la salud de los consumidores. Como,por ejemplo, el Neutrogena Man Razor que incluye productos cancerígenos. O a Nintendo que ocupa el último puesto en la guía de productos electrónicos de Greenpeace.

Lo que tienen todas en común es que evitan decir la verdad, es decir, que su fin último es ganar más dinero; aumentar la facturación; ser más rentable a los accionistas. Coged la que queráis. Después de todo, cualquier decisión (también la de definir misión o valores o la de apoyar a una ONG) tiene un último filtro llamado rentabilidad económica. Si no se gana dinero ahora ni se ganará en el futuro, no pasa. Con esto no digo que sea malo o bueno. Es una opción, como otra cualquiera. Salvo que en el camino se auto-engañan e intentan engañarnos a los demás. Nestlé no se marca como objetivo el contribuir a una mejor alimentación mundial. Lo que reina en sus decisiones es ganar cada año más dinero vendiendo productos alimenticios. Para ello, escucha las demandas de la sociedad. Y con eso limpia su conciencia. También hace lo que le piden sus accionistas ya que si los accionistas midiesen según el cumplimiento de la misión, la empresa estaría en suspensión de pagos morales desde hace tiempo. Así, todo sigue su camino tranquilamente...

Realmente no nos engañan. A veces, solo a veces, nos dejamos engañar. Y es que, al fin y al cabo, no somos tan distintos de ellos. Si preguntásemos a la gente cuál es objetivo en la vida, muchos dirían ser feliz. Algunos atrevidos encima lo dirán sabiendo que su felicidad depende a su vez de la felicidad de los demás. Y mientras tanto vamos tomando decisiones en nuestro día a día que van en contra de este objetivo. A veces simples excepciones. A veces grandes agujeros morales.

Ahí fuera hay gente, no cabe duda, que hace lo que dice. O al menos casi en su totalidad, que la vida es muy compleja. Y lo que dicen es que quieren ser mejores personas y hacer mejor a los demás. Son pocos pero les admiro. Y me gustaría ir pareciéndome a ellos. Me gustaría poco a poco poder responderme a la pregunta ¿Hago realmente todo lo que puedo para mi propia felicidad y la de los demás? ¿Estoy cerca del objetivo o muy lejos?

Y no estaría mal que todos les intentásemos imitar. Sea con las acciones que sean, en la medida que sea, en el terreno que sea. La vida tiene muchas buenas soluciones para el mismo problema. Y resulta que ninguna es mejor que la otra. Aunque también hay mucha malas, ninguna peor que la otra...

domingo, 17 de octubre de 2010

Cuéntame un cuento...

Dejadme que, como diría Celtas Cortos, os cuente un cuento de esos que empiezan por habíaunavez:
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Había una vez un reino muy muy lejano que estaba gobernado por un príncipe muy muy rico. Como es costumbre en nuestra historia el príncipe vivía en la opulencia mientras que la inmensa mayoría de los compatriotas podían comer a duras penas. Sin embargo, las costumbres se hacen leyes y la distancia entre riquezas no se veía como algo problemático.

Así, el príncipe veía fascinado como cada año aumentaba su riqueza. Y esto era bueno para los que le rodeaban ya que si era más rico, daba más fiestas, necesitaba más sirvientes, necesitaba más carne y deseaba mejores vestidos. Por lo tanto, el aumento de su riqueza tenía un fin social, decía, ya que el sastre del principado así como el carnicero y el cocinero veían mejoradas sus condiciones. ¡Ay, cuánta satisfacción le producía ver que su dinero aumentaba cada año! Este año un 8%. El siguiente un 15%. El próximo un 17%.

Pero como quiera que la vida es caprichosa, no se sabe muy bien por qué cada año el aumento de su riqueza era menor. Es decir, él era inmensamente rico comparado con los demás. Y cada año era más rico. Pero su riqueza no aumentaba tanto como antes. Y lo que es peor... se empezó a dar cuenta de que esos pobres malnacidos de su principado aumentaban su riqueza a un ritmo mayor que el suyo. Es decir, eran abrumadoramente pobres pero empezaban a mejorar y ese año algunos tenían un 10% más de lo que tenían el anterior. ¡Ya hasta se podían permitir comer todos los días!

El príncipe, preocupado, llamó a su sabio consejero. Que, por cierto, en los últimos años había sido cada vez un poquito más pobre ya que al vivir su superior en la abundancia ya no necesitaba sus consejos. Pero no nos desviémos, centrémonos en lo importante. La acuciante pobreza de nuestro querido príncipe. El sabio, preguntado por una solución a sus males y visto que no tenía dinero para darle, le empezó a contar una historia:

Érase una vez una zona llamada mundo donde vivían unos pocos países ricos que vivían en la opulencia y otros muchos países pobres que eran mayoría y vivían en la más triste de las pobrezas. En aquella zona los países ricos vivían obsesionados mirando su PIB, su aumento de las exportaciones o del IPC. Cada año aumentaban su riqueza un 2, un 3, un 4%. Cada vez eran más ricos porque el progreso, les habían dicho, era la base de la felicidad. Pasaron los años y el progreso no tenía límites. Tanto que les decían a los países pobres "creced, creced. Así seréis felices". Y así era. Ya que los países pobres conseguían crecer un poquito y eso les aumentaba la salud, les daba algo de educación y tardaban un par de años más en morir.

Sin embargo, éste no es un cuento con final feliz ya que por casualidades de la vida, los países ricos cada vez crecían más lento mientras que los pobres crecían mucho más rápido. Daba igual que los que tenían coches, cámaras, teléfonos de última generación, comida a raudales que salía por la basura; daba igual, decía, que tuvieran infinitamente más de lo que necesitaban. No era suficiente y querían tener todo eso pero, además, crecer igual de rápido que esos pobres malnacidos. Mientras tanto la vida pasaba. Mejor dicho, la vida les pasaba. Y no eran capaces de darse cuenta de que estaban mirando el indicador equivocado. Que mientras su indicador de riqueza había aumentando ( y ahora lo hacía a menor ritmo) su felicidad iba bajando. Y mientras miraban hacia arriba, caían en un agujero que no habían visto. Si, por el contrario, se hubiesen preocupado menos de su cartera, hubiesen sido más felices viendo como otras personas conseguían un mínimo de desarrollo. Y si ese hubiese sido el objetivo principal entonces se hubiesen afanado en que lo hubiesen conseguido antes. Ellos, a su vez, estarían eternamente agradecidos y se habrían preocupado de la felicidad también de los primeros. Es decir, se podían haber dado cuenta de que fomentando el bienestar del otro, se fomenta el bienestar de uno mismo....
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Dicen que la fábula hizo despertar al príncipe. Pero realmente no tenemos constancia de ello. Dicen que a partir de entonces fue más feliz. Y, sin embargo, cada vez tenía menos dinero. Sus conciudadanos también mejoraban su situación: primero económica hasta lo necesario y luego de felicidad personal. Y cuentan también que fueron felices y comieron perdices. Pero ésto quizás era simplemente para que el cuento tuviese un final feliz.

PD: Las imágenes están sacadas de aquí y aquí

lunes, 11 de octubre de 2010

Responsabilidad

Si hay una palabra que me ha acompañado durante los últimos años de manera especial, esa ha sido responabilidad. Al principio está intimamente ligada a la madurez. Esa que te hace darte cuenta de que no tiene sentido echar la culpa de tus problemas a los demás. Que eres tú el inicio y el fin. Que tú eres responsable de tus sentimientos. Por mucho que eso nos fastidie.

Sin embargo, cuando me empezaba a considerar una persona responsable, entonces volvía la maldita/bendita palabra con nuevos retos. Te atrapa y te obliga a darte cuenta de que también tengo responsabilidad en lo que sienten los demás con mis acciones. Saberlo y decirlo, lo hacía desde hace tiempo. Pero me iba haciendo cada vez más consciente de lo que ésto realmente significaba.

Pero cada vez había más espacios donde aplicarla: el efecto mariposa, la empatía, el otro... Y así he ido abriendo caminos. ¿Realmente estoy ayudando de alguna manera a los que sufren? ¿Realmente de la mejor manera según mis capacidades? ¿Realmente en mis accciones sopeso el coste humano y medioambiental de lo que hago? Nuestro camino medioambiental lo hemos publicado, por si puede servir a otros. Pero no deja de ser una parte más de un concepto de responsabilidad mucho mayor.

Poco a poco, siguiendo mi propio camino, estoy intentando ser más consciente de las causas de todas y cada una de mis decisiones y de mis acciones: lo que compro, a lo que dedico mi tiempo, las consecuencias inmediatas y las futuras, los sentimientos que provoco, el mundo que dejaré cuando me vaya... Y es un camino difícil. Porque supone ir re-edificando toda mi vida. Con lo bonita que parecía por fuera. Pero aquí me embarco en este camino lento y , probablemente, interminable.

En todos y cada uno de los pasos, primero, se suele dar la negación. Y sobre todo la excusa de que todo el mundo lo hace. Que no se puede hacer de otra manera. ..Cuando empiezas, es duro. Muy duro. Pero incluso cuando no se consigue es enormemente placentero. Es la búsqueda del mando de nuestra propia vida.

Y aquí sigo... intentando ser responsable. Intentando abarcar todas y cada una de los significados que esta palabra tiene... ¡Paciencia, Iñigo, paciencia!

jueves, 9 de septiembre de 2010

Seres racionales

Los humanos somos seres racionales. Por definición. Lo que pasa es que unos más que otros. Yo me considero dentro del grupo de los "racionales por encima de la media". Para lo bueno y para lo malo. A mí me gusta ser así. No digo que sea lo mejor. Sino que es parte de mi filosofía.

En general, solemos ser más objetivos, tenemos más templanza, sufrimos menos estrés. Pero también prestamos menos atención a las emociones. Las reprimimos. Podemos parecer distantes o carentes de empatía. A veces demasiado duros y también menos creativos. Y necesitamos siempre una justificación empírica... ¡qué os voy a contar!

Como me gustan muchas de las cosas positiva de ser así no tengo intención de cambiarme de bando pero si que me gustaría ir limando mis aristas emocionales poco a poco. O ir entendiendo por qué es bueno limarlas ya que, al fin y al cabo, es la única forma en la que nosotros, los petardos-racionales, podemos cambiar nuestros hábitos.

Todo esto viene a cuento porque debo admitir que, desde no sé cuando, tengo un bloqueo emocional que me impide llorar si hay otra persona al lado llorando. Da igual que sea algo que me afecta mucho o poco. Y, no es solo eso, sino que me detiene cualquier sentimiento de pena. Simplemente siento que tengo que contener toda emoción para poder ayudar a la otra persona. Olvido mi pena completamente y mi cuerpo dice estonovaconmigo.

Cuando le contaba esto a nuestros queridos amigos Janice y Asher, este último, que es de los míos (y como tú Jaime, que no te escapas) escuchó atentamente lo que le narraba y, refiriéndose a esa parálisis mental, dijo: "Tiene sentido". Y yo pensé, ¿a que sí?. Tiene todo el sentido del mundo... y días después me di cuenta de que ese es nuestro principal problema: ¡¡que todo debe tener sentido!!. Que no somos capaces de entender que a veces tiene sentido lo que no tiene sentido.

Y en esas ando yo. Intentando luchar contra mí mismo. Tarea de titanes porque es contra mi propio subconsciente... Por ejemplo. el otro día se fue Diana de vuelta a Rusia. Y en el aeropuerto volvió Jaione a ser más rápida. Empezó a llorar y no pude ser yo el primero. Sin embargo, di un primer paso... pequeñito ...sentí pena y ganas de llorar mientras Jaione lo hacía... pero ahí me quedé. Ni una lágrima... :S

Bueno, poco a poco. Es un primer paso. El segundo es éste: hacerlo público. Creo que me ayudará en el futuro. Tiene sentido ¿no? :)

PD: las imágenes están sacadas de aquí y aquí

domingo, 5 de septiembre de 2010

Chicles

Dejadme que tenga un post algo menos serio y que os deje aquí el cartel que encontramos hace poco en el hogar del Jubilado de Tolosa.... ¡no tiene desperdicio!

martes, 31 de agosto de 2010

Anestesiado/s

De repente me encuentro a mí mismo analizando mi generación. O más bien, la sociedad que me rodea. Y desde el sofá de mi casa nos veo a todos anestesiados, adormilados, carentes de impulso vital. Sin perseguir nuestros sueños porque querer ser un jugador de fútbol o una estrella de la canción no son realmente nuestros sueños sino los sueños que han fabricado para nosotros. Y, así, aletargados os encuentra mi sueño. Atontado me descubro a mí mismo. “Ya no quedan ideales” dirá alguno añorando la época de los 60, “No podemos hacer nada. El otro es pura basura” cavilará otro. A la mierda, pienso yo. A la mierda, quiero decir en alto. Que me quiten los calmantes sociales, me imagino diciéndole al médico de mi conciencia…

No sé si tenía los ojos cerrados o abiertos y perdidos en el infinito pero en ese instante me doy cuenta de que tengo al lado a un bichito con el flequillo en escalera, con un ojo preciosamente torcido y unos mofletes de koala… Me está mirando fijamente y en esa mirada creo adivinar que ha descubierto mis pensamientos. Que sabe lo que pasa por mi cabeza. O, quizás, no… Al fin y al cabo es muy pequeña para entender esto. Tampoco sabe nada de luchar por tus sueños…. ¿o sí?...

Sé la respuesta, pero me deja de importar porque seguidamente me intenta clavar los ojos y sonríe. Curva sus ojos como un dibujo de manga, me enseña sus pequeños dientes frontales y los inmensos mofletes abren paso a una sonrisa única… Y me sirve… Y lo entiendo todo que diría Xoel López

¡Vaya tontería estoy diciendo!... Pero me vale… ¡Es increíble!… Pero me vale… Si Guille Milkyway le tuviese que poner palabras diría: “Sé que es casi nada… pero me sirve de tanto…”


miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Medirnos en dólares?

Ahora que todos estamos contentos porque volvemos a la senda del crecimiento y ya parece que todo nos va mejor en la vida, puede ser un buen momento para que arroje algunas ideas que me andan rondando desde hace un tiempo.

Si nos damos cuenta, tanto ahora en plena crisis como en tiempos de bonanza nuestra valoración global de España, Europa, la comunidad autónoma de turno o lo que sea se hace en unos términos que son útiles, pero también llamativos. Al final, la situación de nuestro país tiene unos indicadores prioritarios -no los únicos, claro- que son el crecimiento respecto al trimestre-o año- anterior, el crecimiento de la bolsa y -por nuestro gran problema- la tasa de desempleo. Es llamativo, decía, porque no se da prioridad al índice de desarrollo humano, a la sensación personal de felicidad, al nº de personas bajo el umbral de la pobreza, a la diferencia entre sueldos máximos y mínimos medios (diferencia entre ricos y pobres). El mensaje es: hay que crecer en millones de euros porque eso es bueno para nosotros.

Cuento esto porque hay un segundo concepto que me parece interesante: el crecimiento infinito. Es decir, tenemos que crecer siempre. Si no, es malo. Pero, ¿hasta cuándo crecer?. Y, más importante: ¿cómo crecer? ¿Crecer a costa de que otros países sean más pobres? ¿Crecer olvidándonos de que ya somos grandes y que deberíamos preocuparnos de que otros crezcan?

Si en algo solemos fallar repetidamente los humanos es en hacer de nuestros hábitos leyes. Los hábitos nos los creamos en un momento determinado porque descubrimos que es para nuestro bien. Sin embargo, el mundo cambia y olvidamos que las soluciones de ayer no tienen porque servirnos hoy. Por ejemplo, hace 100 años no importaba ensuciar el planeta ya que era muy poca la porquería y muy alta la capacidad de regeneración. Por contra, hoy día sí importa ya que es mucha la suciedad para un planeta tan pequeño.

Del mismo modo, aprendimos que el crecimiento de nuestra economía es bueno ya que en la mayoría de los casos lleva implícito una mejora de la situación de las personas que viven en él. Y digo en la mayoría de los casos porque solamente hay que comparar la distribución de riqueza y nivel de vida de todos los habitantes de Finlandia y los de EEUU. Por lo tanto, llega un momento donde no es tan importante cuánto se crece sino cómo se crece. Y llega otro momento donde una vez logrado un nivel de vida más que aceptable deberíamos dejar de pensar en el yo para pensar en el nosotros global.

Mirando la vida de una sola persona, cuando empiezas a trabajar estás preocupado por salvar tu propio culo: conseguir un trabajo más o menos fijo, bien remunerado... pero luego, te das cuenta que eso está muy bien pero que también es importante el cómo: ¿pisoteando a otros? ¿a costa de tu vida familiar? Éste sería un primer paso en el que se empieza a pensar en el otro. Pero vendría otro escalón mayor que sería: si ya gano más de lo que realmente necesito (siendo honestos, casi todos lo tenemos) y he conseguido que el fin no justifique los medios, ¿por qué no preocuparme de los que nos rodean? Mi familia, mi comunidad, otras comunidades lejanas,....

Algunos dirán que nuestro problema es el empleo y que para ello necesitamos crecer pero... ¿es la única solución? ¿Y realmente lo tendremos en la misma proporción que el crecimiento? ¿Realmente necesitamos ganar más dinero? ¿Pensamos en los demás? ¿Lo más importante ahora es ser más ricos? ¿Es también lo más urgente?

Empiezo a pensar que deberíamos empezar a cambiar de objetivos. Olvidémonos del crecimiento y valoremos el cómo crecemos y el sufrimiento de los que nos rodean. Empecemos a pensar como mundo. Cambiemos nuestra forma de entender el dinero, las ganancias y, sobre todo, las NECESIDADES. No lo conseguiremos en un día ni en dos. Nos hacen falta muchos sopapos para ir despertándonos. Así que propongo que nos tomemos nuestro tiempo pero que empecemos ya a cambiarnos a nosotros mismos. Y después a los que nos rodean.

domingo, 8 de agosto de 2010

Mi hijo es tonto. ¿Y qué?

Aquí sigo descubriendo de cerca el nuevo mundo que nace bajo nuestros pies mientras esperamos la llegada del bebé y disfrutamos de la sonrisa de Diana.

El capítulo de hoy son los libros. Si ya de por sí me suele causar un poco de terror los títulos de la sección de autoayuda, mayor pavor me produce contemplar con la boca abierta los dedicados a la paternidad y el embarazo... "Su hijo es un genio"; "Hágale feliz a su hijo"; "La felicidad de su hijo en 3 pasos"; "Cómo hacer sabio a su hijo"; "Déle a su hijo todo lo que necesita"... Apenas encontre un libro que hablase de manera sana sobre la paternidad... Y asusta ver lo que la gente pretende contar en un libro, pero asusta más saber que esos son los libros demandados.

Ya relataba Carl Honoré en su libro "Bajo presión" las aspiraciones de los padres hoy día: que sea el más listo, el que más sabe, el que mejor practica el deporte X, el rey de las fiestas, el más guapo.. y ahora, el más feliz... eso sí, sin tener muy claro que es la felicidad...

Pero hoy no os quiero aburrir con una de mis reflexiones... Eso sí, dejadme que suelte algunas preguntas al aire:

¿Realmente necesitamos que nuestro hijo sea el más inteligente? ¿Para qué exactamente? ¿Por nosotros o por ellos? ¿Sabemos cuáles son las cosas básicas que nuestro hijo debe aprender, cuáles les vendrían bien y cuáles no estarían de más? ¿Realmente la felicidad de nuestro hijo depende de nosotros en exclusiva? ¿Sabemos qué es la felicidad?

jueves, 22 de julio de 2010

Regalos

Creo que sabéis la mayoría de vosotros que este verano ha venido un angelito ruso con cara de diablillo a pasar con nosotros el verano. Durante este mes y poco que lleva aquí se nos han ido juntando multitud de anécodtas y experiencias que quedarán para siempre en nuestra memoria. Pero hoy no quiero hablar de eso...

Escribo hoy esto porque durante estas semanas nos hemos chocado con una realidad que conocíamos pero que no hemos conseguido evitar: los regalos. Cada vez que hablo de esto la mayoría de gente me mira con cara rara, como si fuese un extraterrestre. Así que suelto aquí mi mensaje, esperando que alguno de vosotros me haga sentir un poco menos raro. O que me convenza de que estoy equivocado. ¿Por qué no?

El caso es que es tremendamente curioso analizar las últimas semanas y la forma en que en este lado opulento del mundo nos relacionamos entre nosotros. Por ejemplo, nuestra forma de decir "te quiero" unos a otros consiste en gastarnos nuestro valioso dinero al que damos tanta importancia y transformarlo en un objeto que le entregamos a otro. Si no hay regalo, no hay muestra de amor. Si intentas romper esta cadena te conviertes en una persona extraña que no tiene corazón. Datos para que os quiero:

Diana ha conocido a unas 20-25 personas. Salvo honrosas excepciones, todas ellas con un regalo bajo el brazo. No vale de nada decir que no lo hagan. Lo que viene a significar que va acumulando regalos en una cesta que casi no tiene tiempo a procesar. El obsequio X es genial pero como vienen otros 3 enseguida que captan su atención, la colonia, la muñeca o el peine empiezan a quedarse en una esquina del baúl de los recuerdos. Resultado: un montón de cosas que no sirven pero que calman la conciencia del visitante.

Seguimos. La gente que le regala cosas son personas que nos aprecian y consideran que hacerle(nos) ese regalo es una muestra de lo que sienten hacia nosotros. Nosotros por no despreciar nadie optamos por la siguiente opción: valoramos lo que nos intentan decir (mostrarnos su cariño) y lo agradecemos a pesar de la forma de decirlo (regalo material). Lo que significa vía libre para presentes. Sin embargo, intentar romper esta cadena significa despreciar los sentimientos de los demás. Así pues, solo queda una salida si no quieres quedar mal ante ellos: aceptar las cosas tal y como son y que tu hija aprenda que el amor se demuestra con dinero.

Más. Cuando uno da algo a alguien tiene un objetivo. En la mayoría de casos, es demostrarle a la otra persona que le importa. Lo que valoramos nosotros de lo que puede darnos alguien suele ser inmaterial: cariño o que Diana pase un rato divertido jugando , o que se ria con ella o que le enseñe cosas que le sirvan en el futuro. Y para eso no hace falta ningún objeto. Vale con nuestras manos y piernas. Con nuestra sonrisa, con nuestras ocurrencias... Pero normalmente nos preocupamos más de qué regalo le vamos a comprar que de cómo actuar con ella o como hacerle reír. Sí, alguien puede decir que el regalo es un añadido pero... ¿por qué molestarnos en algo que no aporta valor al objetivo final que perseguimos?

No sé... sé que me arriesgo a molestar a gente que me importa. Y sé que remo contra marea. Sé que mucha gente no me comprenderá. Pero también siento que es algo que se me impone. No quiero hacer cosas solo porque se supone que las tengo que hacer. Y quiero que la gente que me quiere entienda que rechazar sus regalos no significa quererles menos. Si no, precisamente más. El motivo por el que les quiero no tiene que ver con el dinero y sí por lo que hacen sin él.

Este año ha sido experimental, pero me ha servido para sacar unas cuantas conclusiones para el verano que viene y para la llegada del bebé. Solo espero no ganarme demasiados enemigos...

jueves, 1 de julio de 2010

¡Qué fácil es decir que la vida es una mierda! (pilluelo)

Hoy volvemos a la senda de las firmas invitadas ya que pilluelo recogió mi invitación del post anterior. Espero que os interese. A mi me gusta porque es una visión complementaria y porque aprovecha también para criticarme... y ya sabéis que me va la marcha. Eso sí, no os voy a condicionar. Yo me reservo mi opinión para el turno de comentarios :)

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¡Qué fácil es decir que la vida es una mierda! ¡Qué fácil decir que los políticos son unos corruptos que no piensan en el pueblo! ¡Qué fácil despotricar, culpar, criticar!… Pero, no es tan fácil pensar en que como seres humanos tenemos unos derechos y unas obligaciones. Los derechos humanos existen como tal. Las obligaciones, parece que no. Soy el primero (bueno, bueno, es un decir…) en apoyar y luchar por los derechos humanos, personalmente suelo elegir las “batallas” relacionadas con necesidades básicas (hambre, salud, educación, agua potable, y poco más). Está claro que por haber hay docenas de causas y cada uno elige la suya para defender unos derechos particulares y pidiendo a nuestro entorno unas obligaciones particulares. Personalmente, creo que esto nos hace un poco hipócritas porque no hay blancos ni negros, y comparar esta serie de cuestiones es… de ingenieros :D. Pero bueno, como al final todas las causas están relacionadas, me permito centrarme en esos puntos en común. Actitudes y costumbres diarias de cada uno.

Al final, podemos profundizar en cada injusticia hasta llegar a su origen: una acción concreta de una persona concreta. Que una persona puede hacer la diferencia, quizás sea decir demasiado. Pero esta claro que cada uno cuenta en la multitud. Así, cada acción diaria de cada persona cuenta. Y respetando la libertad individual en hacer lo que cada uno considera mejor, ¿quién de nosotros tiene en cuenta la obligación de hacer lo que es mejor para la sociedad? Responsabilidad social, o como queráis.

Pero hablar del individuo es fácil, hablemos de lo concreto. Yo mismo. Decir todo esto sin implicarme sería todavía más hipócrita. Yo compro a multinacionales, pero luego ayudo en la campaña de comercio justo. Yo doy dinero a proyectos sociales de Luanda, pero me acabo de tomar una cerveza fresca y dentro de poco me voy de vacaciones. Coherencia… escasa. Responsabilidad… pues siendo sinceros, la justa para mantener una salud mental/felicidad. Como la mayoría... La diferencia está en que las fronteras de cada uno son diferentes. Lo que para mí es un capricho innecesario y por lo tanto una incoherencia frente al hambre mundial, para otro es necesidad básica. Y todo esto, me lleva a plantear la siguiente pregunta: ¿cuáles son las necesidades básicas? Pues creo que ya lo he dicho antes. Para mí, comer, tener salud, educación y agua potable. Alguna se me escapa. Un techo para vivir, por ejemplo. Pero en mi día a día, no considero suficientes tener esas cosas. Y, ¿por qué?

Pues ahora (tras este sermón que supongo nadie leerá) hago referencia a uno de los post del Señor Benedicto. Porque estamos manipulados constantemente por los intereses de varias entidades, en su mayoría intereses económicos. Y ¿cuál es la principal forma de manipular a las masas? ¿Belén Esteban? También, también... No le quitemos méritos a la pobre. Personalmente me sulfuran los medios de comunicación. La prensa centra nuestra atención y nuestras preocupaciones en lo que le da la gana. Hoy el volcán es noticia, pero mañana ni existe para nosotros. Por no hablar de los miles de muertos diarios en África por la malaria, o por la tuberculosis. Y todavía alguno dirá “¿qué es eso de la malaria?”... Nos falta cultura, nos falta criterio, nos falta voluntad para buscar las noticias. No nos engañemos, Internet nos puede informar del tiempo que hace en el lago Titikaka. Pero no tenemos voluntad. ¿Culpables? Para mí los medios en gran parte, porque dar mayor importancia al autobús de la Real que a una vida humana es… ·$%&·%... vamos, no tiene nombre.

No lo olvidemos. Cada uno que luche por la causa con la que más se identifique. Pero no olvidemos el resto de causas. Hagamos huelga por los derechos de los trabajadores. Pero no olvidemos a los parados que desean trabajar. ¿Quieres reciclar y tener un mínimo impacto medioambiental? Muy bien, pero no olvides que detrás de cada Made in China hay sufrimiento, que detrás de cada árbol que salvas puede haber varios niños sin comer. Seamos libres para elegir nuestra causa, pero tengamos un poco de decencia y responsabilidad social. ¡Dejemos de ver la tele! :)
pilluelo

sábado, 26 de junio de 2010

Las crisis que no vemos

Aquí nos encontramos. Enzarzados entre datos de PIB, de desempleo, reducción de deficit, aumento de la inversión mientras se disminuye a su vez, control a los bancos, tasas de penalización, subida de impuestos, EREs,...

Y todo esto lo resumimos en una palabra: CRISIS. Y con esta palabra nuestro mundo se simplifica. Se nos hace tremendamente sencillo. No nos tenemos que preocupar de millones de acciones y decisiones. ¡Estamos en crisis! Con eso lo solucionamos todo. Y así, aquí nos quedamos , atascados en el blues de memphis como cantaban Dylan y, más tarde, Kiko Veneno (por cierto, muy bueno. En el vídeo sale Santiago Segura).

¡Que no nos hablen de guerras, de terremotos, de hambre ni de contaminación! Porque esta crisis que tenemos es una Crisis con C mayúscula. Y dejamos debajo de la alfombra el resto de crisis que tenemos: la de la conciencia de nuestros actos, por ejemplo. Aquella que nos hace olvidarnos de nuestra responsabilidad ante cualquier comprar o decisión. Nos hace dejar atrás la crisis de consumismo, la crisis medioambiental, la de solidaridad, la explotación sexual dentro y fuera de nuestras fronteras, la violencia de género, la falta de convivencia entre gitanos y payos, la integración de los inmigrantes. Nos hace olvidarnos de Haití, de Somalia (salvo cuando está en peligro uno de los nuestros, claro), de los derechos humanos en China o de los millones y millones de injusticias de las que somos corresponsables en alguna medida. Al fin y al cabo, el mundo es más sencillo con una gran crisis. Así que dejemos incubarlas hasta que exploten. Porque entonces será otra Crisis y podremos obviar las demás.

Por supuesto, los medios de comunicación son los responsables: ¡balones fuera! Por supuesto, los medios de comunicación dirán que ponen lo que les pide el público: ¡balones fuera! Mientras tanto, el mundo sigue girando, que cantaba Speech Debelle...

lunes, 7 de junio de 2010

Mi nueva droga

Acabo de sentirme un poco yonqui... ¡Y la culpa la tiene Punset!... bueno, iré por partes...

Esta tarde hemos estado viendo el último capítulo de Redes (rrruuuueeeeeedeeeessss) y el invitado era Hans Rosling, un estadístico sueco que ha desarrollado un sofware libre para crearte tus propias estadísticas de la situación mundial a lo largo del tiempo. Rosling ha tomado datos de organismos fiables (ONU, unicef,...) y te permite crear cuantos gráficos puedas imaginar: ¿influye como de cerca estás del norte en los ingresos por habitante? ¿han avanzado los países en vías de desarrollo en los últimos años? (¡¡SÍ!!¿) tiene relación siempre el aumento del PIB con el nivel de vida de los habitantes? ¿cómo avanza el nivel de pobreza? ¿y el de multimillonarios?

Si estas preguntas no os han despertado la curiosidad, podéis dejar de leer este post. Para todos los demás, no olvidéis entrar en Gapminder y bajaros el software pero antes echad un ojo abajo al capítulo de Redes. Simplemente, genial. A mí, mientras, me vais a permitir que me dosifique la droga. Acabo de bajar a tirar la basura y he terminado corriendo para dejar de pensar. Y me voy a prohibir ver más por hoy.... mañana será otro día


viernes, 4 de junio de 2010

La épica de la derrota

Año 1995. Final de liga de baloncesto entre Unicaja Málaga y Barcelona. Un granito de arroz contra una montaña de cereales. Partido igualadísimo. Quedan solo unos segundos y Unicaja pierde por 2 puntos. Posesión para los de Málaga. Coge el balón Ansley después de un auténtico partidazo y se la juega todo a un triple, cara o cruz. Todo o nada. Gloria o fracaso. El balón vuela, avanza lentamente y con él nuestros deseos. Queríamos levantar los brazos para celebrar el imposible, la victoria de David frente a Goliat... ¡pero no entró!.. como no entró el penalti de Djukic o millones de jugadas. Todas igual de nimias en el devenir del mundo pero igual de crueles para las almas de miles de personas.

E imagino ese momento de abatimiento contado por una película americana: una cámara desde lo alto baja rápidamente, gira 360º alrededor del jugador, muestra su decepción, su hundimiento, su fracaso. Tuerce el objetivo su camino hacia las gradas, enfoca lágrimas, caras tristes.

Nosotros, desde el otro lado de la pantalla, identificamos ese momento con un sentimiento negativo y nos olvidamos por completo de que ese suele ser el motor de las mejores cosas en nuestras vidas. Es en esos momentos cuando he aprendido a aceptar que no todo puede salir siempre bien, que no se puede ganar siempre, como decía Deluxe en su maravilloso "Es el mejor momento". Cuando he sentido un empujón para aceptarme y quererme a mí mismo. A saber identificar quién va a estar a mi lado. En esa desesperanza es cuando nacen los sentimientos más humanos, es cuando nos conectamos con nuestro verdadero yo. Cuando planificamos nuestros mayores retos, donde nos podemos hacer mejores personas, donde nos olvidamos de las barreras del día a día y soñamos. Y soñamos tanto que lo queremos hacer realidad. Y peleamos.

Por eso, sugiero que nos alegremos por ellos (o por nosotros) porque tienen la posibilidad de vivir la épica de la derrota. Porque es entonces cuando nos corresponde escribir nuestra historia. Cuando nos corresponde cambiar nuestro rumbo, aprender cosas. La épica de la derrota porque transformamos una situación negativa para nosotros en una oportunidad única. Y lo mejor de todo, que tenemos derecho a ser felices mientras cambiamos. Tenemos derecho a sentir placer por nuestras propias vidas aunque no hayan llegado al puerto en el que esperamos atracar. Solamente haber superado las dificultades es un motivo de alegría. Por eso, deberíamos hacer un buen zoom a sus caras y ver la alegría en su tristeza, la esperanza en su derrota, el futuro en su presente. Deberíamos soltar confetis. O mejor, fuegos artificiales.

Este post se lo podría dedicar a mucha gente. En realidad, a todos. Porque todos luchamos por levantarnos. Aunque algunos hayan tenido una caída más grande. Así que a todos ellos (o vosotros o nosotros) deciros que el Unicaja ganó años después la Liga, igual que lo hizo el Depor. Deciros que vosotros vais a poder escribir vuestra película. Que vais a saber darle un final feliz. Vais a encontrar felicidad allí donde vayáis. Y que cuanto más difícil sea cambiar, mejor os sentiréis mientras lucháis contra la adversidad....

Y, desgraciadamente, tengo que cerrar este post. Pero no sin antes contaros que la vida tiene muchas casualidades ya que cuando por fin he "visto" este post, he recibido una recomendación musical de pilluelo que se adapta perfectamente a estas letras. Así que para demostrar que soy un alternativo de corazón y para acabar este post de una forma tranquila pero que os de coraje os dejo una canción de Miley Cyrus que tiene mi sello de "Grosses Thema". Sí, ya sé que pensaréis que estoy loco, pero por eso soy alternativo de corazón :). Y para que lo comprobéis os dejo la letra en inglés y en castellano. Gracias, pilluelo.


viernes, 28 de mayo de 2010

Compasión

Pues a la vista de los hechos me he ido dando cuenta de que debo tener muy desarrollada la zona del cerebro donde se origina la compasión. No sé que pensará Punset al respecto, pero yo lo afirmo. Y lo ratifico porque me doy cuenta de que cuando se apalea mucho a alguien, cuando le llueven críticas de todos lados, me suelo poner de su lado, aunque solo sea para defender un cachito de su integridad. Por lo tanto, no es muy selectiva y la puedo sentir por un mal profesional o hasta por una mala persona siempre que el linchamiento sea desproporcionado respecto a la culpa que acarrea.

Esta, al menos, es la forma más bonita que se me ha ocurrido de justificar mis actos. En el otro extremo podría haber enunciado "Pues a la vista de los hechos me he ido dando cuenta de que debo tener muy desarrollada la zona del cerebro donde se originan las ganas de llevar la contraria al resto". Pero en esta versión quedo peor y, como es mi blog, me vais a dejar que continúe con la primera versión y me auto-engañe un poquito. :)

... Para que os hagáis una idea, he sentido compasión por Van Gaal justo antes de que lo echasen del Barça (esa imagen del tío que ya no puede más diciento "tú siempre negatifo, nunca positifo"... me pudo)... y estos días también por Zapatero... :O

No seré yo quien defienda su gestión durante los últimos años, con errores importantes y algunos aciertos, aunque llevando un coche como el Renault del año pasado de Alonso es difícil ganar una carrera. Sin embargo, me he conectado empáticamente con él por el apaleamiento que está sufriendo desde cada uno de los rincones en el último par de días. Porque, al final, es la única forma que entiende alguna gente de tapar sus propias vergüenzas y dejar la autocrítica guardada en un cajón. Por ejemplo, hoy le amenzan los sindicatos con una huelga si realiza el Gobierno una reforma laboral. Lo que no dice es que llevan más de un año con este mismo cuento y no han sido capaces ni sindicatos ni empresarios de llegar a un acuerdo. O sea que como ahora tenemos un blanco fácil , enemigo público número 1 al que se le pueden echar las culpas, pues le paso la responabilidad rápidamente. También tiene toda la culpa sobre el tema de las Cajas. De nada vale que les haya dado una herramienta de la que han pasado, o que unos consejeros conectados con Dios hayan emprendido el suicidio. Nada es culpa de ellos. Todo es culpa del que nadie se va a atrever a defender...

Lo mismo la oposición. Se olvida de que somos nosotros los que les pagamos el sueldo y no se dignan a aprobar unos malditos recortes que saben perfectamente que se deben hacer. Por lo tanto, evitan mandar un mensaje tranquilzador o esos diabólicos mercados y se inclinan por uno que dice que tenemos un presidente patético que no sabe lo que hace. Pero no se preocupen que dentro de 2 años igual ganamos las elecciones y hacemos algo que no servirá para nada y entonces sí, podrán prestarnos dinero. Hasta entonces, olvídense de invertir aquí.

Así que estamos de enhorabuena, salgamos a la calle. Podemos ejecutar al causante de nuestros problemas. ¿No tienes trabajo? No te castigues, no depende de lo que has hecho o haces sino que la culpa es de ZP. ¿A tu empresa le va peor que a tu competidor? Tranquilo, no es que hayan tomado mejores decisiones es que ellos tienen un gobierno mejor y por eso te superan. ¿Te ha dejado tu novia? Calma, chaval. No es que le hayas ofendido. Está nerviosa por la crisis que ha provocado zapatitos. Y ahora que lo pienso... este sentimiento que tengo de pacontrarias creo que también me lo ha provocado ZP...

Sigamos, por favor, evitando nuestras responsabilidades. Después de todo, el tiempo que se utiliza en criticar a otro es tiempo que evito que me critiquen a mí. Mientras tenemos un enemigo y una causa, no tenemos que enfrentarnos a nuestras miserias...

Casi como decía Siniestro Total: "Tranqui, colega, el gobierno es el culpable..."


viernes, 14 de mayo de 2010

El mundo es de todos

Hace 1 semana Mabel me dejó el libro "Los próximos 30 años" de Álvaro González-Alorda, por cierto, muy recomendable. Y os cuento esto porque su libro son páginas de ánimo para transformar nuestro puesto de trabajo, nuestra empresa, nuestra carrera, nuestra vida, nuestro mundo. Y lo justifica animando a los que tenemos gran parte de nuestra vida profesional por delante a sentirnos capaces de cambiar este mundo que nos ha tocado. Al fin y al cabo, nos viene a decir, los próximos 30 años van a ser los más apasionantes de la historia de la humanidad y nosotros debemos decidir si queremos que nos lo cuenten o queremos escribirlo.

Y el mensaje me parece genial. Pero he de decir que necesito complementarlo aquí en estas líneas. Y es que está bien que nos creamos las generaciones líderes del mundo, está bien que pensemos que nosotros vamos a tener más poder para cambiar las cosas. Todo eso está bien. Pero quizá no es suficiente....

No sabemos si los próximos 30 años serán los más apasionantes o no. Lo que si sabemos es que esos 30 años (o lo que nos deje vivir la naturaleza) serán nuestros próximos 30 años y tenemos que convertirlos en los 30 años más apasionantes. Y si tenemos la suerte de vivir otros 30 pues entonces volverán a ser los 30 más increíbles.

Pero positivismos aparte, lo que quería decir es que esos años serán de todos. Y por lo tanto, todos estamos invitados a cambiar el mundo. Es más, todos somos responsables de cambiar o no este mundo en los próximos 30 años. Estés a punto de acabar tu carrera profesional. Estés a punto de empezarla o ni si quiera te la plantees. Incluso también si ya la has acabado. Porque al final, este mundo no es de los que tienen 30 o 40 años. Ni de los que tienen el poder. Ni de los que sueñan con él. Este mundo es de todos. Y como tal, todos podemos aportar nuestro granito de arena para cambiarlo. Ya sea un adolescente que se revela ante sus padres o el orden establecido; el jubilado que se niega a que le obliguen a pasarse la tarde jugando a cartas solo porque se supone que tiene que hacerlo; o el de mediana edad que hace las cosas de manera diferente aunque le llamen freaky.

Todos, absolutamente todos, podemos cambiar el mundo desde nuestro minúsculo lugar. Y encima para bien :). Y eso es lo apasionante. Y al mismo tiempo una gran responsabilidad. Así que más nos vale ponernos los pendientes o las corbatas o las dentaduras postizas y salir a este mundo dispuestos a intentarlo. Después de todo, el mundo es de todos.

domingo, 9 de mayo de 2010

Mi gran aportación al mundo

NOTA1: Dejadme por un día que me pase a temas más banales
NOTA2: El contenido de este post es gratuito. Hasta para los de las SGAE. No solamente porque no lo compraría nadie sino porque me lo paso bien escribiendo y no me hace falta que me paguen.

Es justo que cada uno devuelva al mundo lo que éste le ha aportado... Y ¿por qué digo esto? Pues porque hace un tiempo me dieron un consejo que me ha servido de mucho en las cenas o comidas a las que voy invitado. Fui mi tío Modesto y me dijo que si no tienes ni idea de vinos (mi caso) y no sabes qué llevar a una comida a la que te invitan, lleva un crianza de unos 2-3 años de antigüedad que nunca quedarás mal. Ni quedas de rata ni de demasiado espléndido al mismo tiempo que te ahorras el tiempo perdido delante de las baldas de vino mirando como lo hacen las vacas cuando pasa el tren. Con este nuevo consejo es muy sencillo: piensas en el año en el que estamos (parece fácil pero no lo es); le restas 2-3 años y te quedas con un grupo pequeño de vinos que elegir. Entonces sí, puedes guiarte por tu único criterio: lo bonita que es la botella.

Y aquí viene mi gran aportación al mundo. Cuando invitas a alguien a casa (ya sea una velada entre amigos o entre familiares o entre parejas) te debates entre poner música de fondo o no. Sabes que siempre da un toque más chic el hecho de tener una bonita música de fondo que acompañe a las conversaciones. Pero... ¿qué poner? Puedes optar por algo que a ti te guste mucho... y los invitados te dirán que les gusta. Pero no es verdad... A nadie le gusta que el anfitrión se emocione con la canción que está sonando justo ahora. Puedes optar por poner música que a ellos les guste pero te arriesgas a que se pongan a cantar entre ellos todas las letras y te dejen mirando el vino (de 3 años) con cara de "eresmiúnicoamigo") Puedes elegir el estilo equivocado, justo lo que no les gusta, puedes elegir un disco con canciones lentas pero otras estridentes....

Pues bien, mi briconsejo de hoy es que hay una opción con la que no vas a quedar nunca mal y vas a hacer la velada más agradable: Jack Johnson. Pon el Spotify o lo que sea y pones a sonar todas las canciones de sus discos. Todas con un ritmo pausado, dulce, fácil de escuchar (y fácil de ignorar si se desea)... No puedes quedar mal. Si vienen tus padres o tus abuelos, es una música tranquila que no les va a molestar. Si viene tu amigo alternativillo de medio pelo no te va a criticar por poner música comercial. Es más, igual hasta subes algún punto en su ranking de molones. Si les gusta Bisbal o Marc Anthony (¡Dios! ¡Qué grima me da este hombre!) les va a resultar llamativo. Y seguro que cuando ya estéis recogiendo os preguntarán "y ¿cómo dices que se llama?". Entonces, quizás, puedas aprovechar para deslizar sutilmente, como si no le dieséis ninguna importancia, una historia como esta: "Pues se llama Jack Johson. Resulta que es un antiguo surfista que se rompió una pierna y durante ese tiempo fue cuando consiguió ser bueno tocando la guitarra y empezar a componer canciones....". No me preguntéis por qué pero resulta que a casi todo el mundo le atrae esta historia.

He aquí mi gran aportación al mundo mundial. Así que, chicos, solo queda que Jack saque su guitarra y nos muestre como es su canción "Times like these".


domingo, 2 de mayo de 2010

3, 2, 1,0... ¡Flash!

Al fondo del parque se ve a una familia. Están todos peleándose. El hijo le echa en cara cosas al padre. El padre hace lo mismo con el hijo y con su mujer. Mientras que la mujer le desprecia para meterse con el abuelo. El resto de personas grita. Algunos lloran. Otros simplemente callan. Nadie parece preocupado por solucionar los problemas. Más bien, todos parecen empeñados en echarle la culpa a otro. ¡Vivamos a salvo! Por la derecha se acerca el fotógrafo. Utiliza una de esas viejas cámaras en las que cubre su cabeza con una tela. Hace unas señas. Todos le miran. Se colocan en sus posiciones. Sonríen. Unos echan el brazo sobre los hombros de su compañero. Otros se cogen del brazo. Todos aguantan la sonrisa. 3, 2, 1, 0.... ¡Flash! Y todo vuelve a la normalidad. ¡La culpa es tuya!

Unos países se van a la bancarrota. Otros tiran la ética por la ventana antes de sus operaciones. Corta. Multiplica. Crece. Invierte. Pon dinero. Estos es el fin. Pon más dinero. Somos tontos.... A pie de calle se insulta a los banqueros. Los banqueros gritan al gobierno pero piensan que la culpa la tienen los individuos que les piden más dinero; más rápido. Los políticos esquivan los golpes y arremeten contra los banqueros pero se olvidan de su labor a la hora de controlarlos. También piensan que la culpa es de las "personas humanas" y de su avaricia. De sus ganas de hacer dinero. Pero estos no lo dicen. Se acerca el fotógrafo. Todos sonríen: 3,2,1,0... La foto retrata como los ciudadanos siguen yendo a los mismo bancos y votando a los mismos políticos; aunque sean distintos. Retrata a los banqueros siguiendo con las mismas malas prácticas. Con las mismas personas trabajando (perdón, con las mismas malas personas en los mismos puestos porque a los de abajo ya los han echado). Los políticos siguen lanzando mensajes vacíos. Pero todos sonriendo. ¡Flash! Y todo vuelve al orden anterior. Todos buscando la culpa fuera pero sin mirar hacia dentro. Todos gritándose.

Los polos se derriten. El mar sube; y con él la preocupación. Las especies desaparecen poco a poco. La calle grita a los políticos para que lleguen a acuerdos. Los políticos rezan para que puedan aplicar los acuerdos sin que se les echen encima. Las empresas se escudan en las normativas y en los ciudadanos. Los precios, el rendimiento, la Bolsa... 3, 2.... Todos en posición. Los gobiernos son incapaces de señalar a Copenhague como el inicio de la solución. Las empresas siguen pendientes de sus beneficios. Tienen a la derecha el sufrimiento pero es más fácil mirar a la izquierda. Allí está una guapa señora con cara de Lincoln, atrás la Puerta de Branderburgo y monedas en los bolsillos. 1, 0,.... Los ciudadanos miran a los políticos como el niño de 2 años que es incapaz de cruzar el pasillo el solito. El que es incapaz de hacer algo en su vida sin esperar a que se lo diga papi.... ¡Flash! Al fin y al cabo es mejor no hacer nada y echar la culpa al resto.

Hay niños desorientados en la sala. No saben quiénes son. Los padres no saben realmente si los buscan o no. Los profesores no saben realmente si los quieren encontrar. Los políticos se pelean entre ellos. El fotógrafo se cubre la cabeza. Todos ahora sonríen y enseñan sus medallas. 3,2,... Pero además de las medallas y los brazos cogidos se puede observar que los profesores tienen los pies de plomo. Esos que les impiden renovarse y enseñar de manera diferente. Los padres salen un poco desenfocados. Al fin y al cabo no saben por qué están en la foto. Ellos les enseñan las cosas importantes de la vida. Como, por ejemplo, a ser tan irresponsables e inmaduros como ellos. ¿Para qué solucionar nuestros problemas si no son nuestros? La culpa es de los demás. Los niños sonríen. Ellos son las víctimas. Pero en esa sonrisa se nota un regusto agridulce. Empiezan a recibir esemeeses en su móvil que les indican que ellos son los que eligen seguir ese camino. Pero es más fácil borrarlos sin leer. 1, 0...... Los colegios miran hacia los padres. Ellos son los importantes porque son los que pagan. Sin embargo, es sintomático que no lleven ningún libro ni nota para sus profesores. 1, 0.... ¡Flash!

¡Sigue el circo! El abuelo grita al hijo. El hijo al padre. El padre a la mujer.... Olvidémonos entonces de nuestros problemas. Son culpa de los demás. No tenemos ninguna responsabilidad. 3,2,1,0.... ¡Flash!

lunes, 26 de abril de 2010

Palmadita en la espalda

Hay días y días. Hoy es uno de esos en los que me autoanimo. Y en el que creo que nos debemos autoanimar. Así que este post es una palmadita en la espalda. Porque creo que nos la merecemos. Pero no una palmadita de esas que nos "obligan" a quedarnos parados porque ya hemos terminado el trabajo. Sino una de esas que nos animan y nos impulsan. Una de esas que te provocan una sonrisa de satosfacción pero al mismo tiempo una mueca de seriedad por lo que todavía podemos alcanzar.

Todo esto viene porque me estoy leyendo un libro maravillos que me está dejando impactado. Se llama "El club de la miseria" y trata sobre los estados sub-desarrollados que aún quedan y sobre los que parece que se posa una losa inamovible. Así, analiza las "trampas" que se encuentran estos Estados y qué mecanismos tienen para salir: analiza cómo y cuándo es útil la ayuda económica externa, o cuando puede ser beneficiosa una acción militar. En fin, altamente recomendable.

El caso es que este libro empieza con una palmadita en la espalda de esa misma calidad. Y me ha parecido especialmente importante porque me ha abierto los ojos. Lo que señala es que hace unos 50 años 2/3 de la población mundial estaba subdesarrollada. Mientras que hoy en día (a pesar de las penosas situaciones) solamente 1/3 sigue en ese estado y el otro tercio ha avanzado muchísimo. Mientras tanto, también nuestra situación ha mejorado. Claro que tiene una parte negativa (sobre la que trata el libro, la que sigue atrapada) pero tiene una parte positiva y es que hemos conseguido que la mitad de los Estados que estaban en una situación horrible hayan conseguido escapar de ella y se nos acerquen.

No sé vosotros, pero yo tenía la percepción de que todo seguía igual de mal (salvo en casos puntuales como China o India) o que incluso empeoraba. Y leerlo me supuso una bocanada de aire fresco.
A partir de aquí tambié reflexioné sobre la situación de este nuestro Estado (piiiiii). Mirando atrás parece casi imposible imaginarse la vida de los años 60, donde estábamos infinitamente más cerca de "África" que de "Europa". Obviamente no somos una superpotencia pero más quisieran muchos países haber avanzado como nosotros, que lo hemos hecho tanto en riqueza como en derechos sociales. Vivimos como reyes y solo pensar que podíamos haber tenido 15 o 20 años más de dictadura nos habría "condenado" a un retraso espectacular.

Así que supimos aprovechar una oportunidad única y creo que eso es de agradecer a las generaciones que nos quitaron los mocos. Así que esta palmadita es incluso más necesaria en los momentos en los que vivimos.
También en lo que respecta al Medio Ambiente. Hace 20 años las reivindicaciones eran exclusivas de unos cuantos "pirados" con flores en la cabeza y ahora las flores las tenemos todos (o casi todos). Así que otra palmadita.

Y como decía, no es una palmadita de autocomplacencia sino de "Bien hecho, chaval, Continúa". Continúa luchando porque cada vez haya menos pobreza, el mundo sea más justo, más sostenible, nuestro país esté más desarrollado, haya menos gente en el paro, sea más innovador. Sigue luchando ante las injusticias, haz todo lo que puedas y sepas. Y, sobre todo, no dejes de pensar qué nosotros lo podemos hacer. Que el cambio empieza por nosotros. Que influimos más de lo que pensamos....
PD: las imágenes estñan sacadas de http://www.compfight.com

lunes, 19 de abril de 2010

Somos testigos del mundo

Desgraciadamente para vosotros, estoy de vuelta :). No avisé pero he estado de vacaciones y la vuelta al trabajo ha estado cargada de reuniones... no es excusa, pero me he hecho el remolón con el blog :)

Vuelvo a lo mío... el caso es que no sé si os ha pasado alguna vez que durante un viaje habéis presenciado una situación violenta o una injusticia y no sabéis qué hacer. A nosotros nos pasó en Vietnam: veías a niñas con señores mayores y gordos. Los veías tranquilamente en la calle y no sabías qué podías hacer... decirle algo, sacarles una foto en su cara, vociferar... Se siente bastante impotencia, la verdad.

Nosotros no hicimos nada. Ni sabemos qué debíamos haber hecho. Pero quiero dejar aquí constancia de la iniciativa Witness (testigo) en la que forman a la gente a filmar con cuidado aquello que consideran una injusticia. Con esto luego, "simplemente", intentan cambiar el mundo.
See it, Film it, Change it.

martes, 23 de marzo de 2010

Brotes verdes

El otro día estábamos en la librería "Luces" en Málaga (muy recomendable) y me llamó la atención que de los libros que mostraban había varios que anunciaban un cambio de rumbo: en el medioambiente, en la economía, en la distribución de alimentos, en la justicia con los países subdesarrollados... Verlos todos allí juntitos cuando antes te solías encontrar con los libros de comohacertericoen1año o comosersupereficiente o comohacerquetushijosseanlosmaslistosdelcole... Y me animó un poco.

También ver que en los periódicos cada vez hay más noticias que hablan de la economía verde, la ética o las condiciones laborales es como un soplo de aire fresco. O mejor aún, ver brotes verdes en este mundo que a veces parece una mierda pinchada en un palo.

Los brotes verdes, al igual que los de la economía, no son nada por sí solos. No son más que una posibilidad de lo que puede ser. Una proyección de lo que nos puede venir si realmente somos muchos y efectivos buscándolo.

No sé. No fue una hemorragia de alegría pero, al menos, me sirvió para sonreír un poco. Para imaginarme el anuncio de "podemos" en nuestra selección verde. Para decirme a mí mismo, parafraseando a delafé y las flores azules, "Ánimo chaval que no estás solo. Ánimo chaval que falta poco"...

Y, al igual que con los famosos brotes verdes de esta nuestra economía, se me mezclan dos sentimientos: el de ser capaz de ver los cambios y el de querer ver cambios que me animen.

¡Ánimo, chavales!

martes, 16 de marzo de 2010

Soñando, soñé...

A veces sueño que soy un país. Pero lo sueño dormido. Es mi forma de entenderme con mis contradicciones. Entender que yo mismo tengo mis provincias y mis comunidades autónomas, mis regiones independentistas, mis gobiernos y mis oposiciones, mis huelgas generales y mi trabajo diario.

Y que, como hacemos todos nosotros, una vez que se sale del país, se defiende. Se habla como uno. Se olvidan las contradicciones, las peleas, los odios y nos comprendemos como uno. Estable, coherente, homogéneo.

Pero de vez en cuando nos sonrojamos cuando los otros países se dan cuenta de que no somos tan así. Somos tan solo un poquito así. Y giramos un poco la cabeza hacia un lado, esbozamos media sonrisa, cerramos un poquito los ojos y, con suerte, tenemos una excusa para cubrirnos los mofletes.

Pero lo bueno es que esa rojez pronto se va. Tan pronto como te das cuenta de que los otros países son como tú, con sus problemas internos y sus deliberaciones... y te das cuenta de que todos intentamos encontrar un equilibrio entre nuestros disidentes y nuestros funcionarios. El equilibrio inestable que nos da tenerlos calmados en algún lugar. Aunque sepamos que en cualquier momento estallará la revolución y nos transformará.

Ahora que duermo plácidamente de nuevo, no sé que país soy.... quizás no soy ninguno o quizás soy una pequeña islita en medio de la nada... o quizás los soy todos. ¿Quién sabe? Solo deseo no tener guerras ni odiar a otros por ser diferentes a mí.... sé que es difícil mantener la paz permanentemente... pero entonces suena el despertador. Y lo hace con Lori Meyers... ¿Por qué todo es tan difícil con lo fácil que es?

viernes, 12 de marzo de 2010

¿Es necesario algo más?

EITB 1 - 0 SPOTIFY

Avanza lentamente y de manera ineroxable Spotify por nuestras vidas. Spotify, ese supuesto proyecto alternativo que te deja escuchar "toda" la música que quieras pero que en realidad es un proyecto lanzado por las grandes multinacionales ahora que ven que no les vale de nada resistir. Ese proyecto en el que ahora te van colando anuncios del temazo "Empire State of Mind" y que dentro de poco terminará siendo un los40principoides con anuncios cada 3 segundos y un poco de música mientras tanto. Eso sí la música que tu quieras. ¿O no?

Lleva varios días sonando en EITB una canción deliciosa que se llama "Isabella". Tan deliciosa, tan deliciosa que se me ha metido en el cerebro y llevo, mientras escribo esta o, unas 5 reproducciones en 15:05 minutos. Y aquí me encontraba yo en mí mismo intentando acostumbrarme a Spotify y no cogerle el paquete que le he cogido por una razón que desconozco... y aquí me encontraba yo, decía, cuando no he sido capaz de encontrar la canción en Spotify... y entonces te das cuenta de lo que quieren... que el problema no es que no esté... el problema es que nunca se van a molestar en que esté... y por eso esto es un gol para EITB... y para Youtube. Porque nos acerca la música de gente que no tiene un gran presupuesto detrás. Gente que no va a forrarse haciendo canciones...
Y, por eso, lo reconozco, me gusta más Isabella. Porque es un poco nuestra y no de una masa inerte que controla este mundo. Por eso yo también le pido que no se corte el pelo. Por eso imagino que se va a la guerra mientras leo la letra. Por eso les veré en directo si vienen por aquí. ¿Es que acaso es necesario algo más? ¿Es que acaso no me vale con dos voces, un ukelele, dos xilófonos pequeñitos y una pandereta? ¿Es que acaso no vale con grabar el vídeo en El Retiro y que te lo produzcan tus amigos?




PD: Lo mejor de todo es que escuchándola por enésima vez y buscando la letra he llegado a su propia página web y he encontrado esto... ¡te dan para descargar su propio disco!.... ¡Herejía! ¡El diablo!.... Wild Honey 134 - 0 Spotify y discográficas :D

martes, 9 de marzo de 2010

Las empresas están para ganar dinero

¡Falso!
Puff... ¡cómo me apetecía ponerlo así! Suena liberador... :)

Este post debió haber sido escrito hace unos cuantos meses. Entonces, lo incipiente de mis argumentos y lo poco que había escuchado sobre ello me hacía ser valiente y querer traducir mis pensamientos en este blog. Durante estos meses he escuchado y leído bastantes opiniones al respecto, aunque siguen siendo muy pocas. Así, aunque hay mucha gente que conozco que puede hablar mejor que yo sobre este tema (no miro a nadie...), el blog es mío y me lanzo a la aventura semanal de querer decir algo interesante sin parecer estúpido.

Pues voy con ello. Probablemente muchos de nosotros habremos escuchado esta frase en innumerables ocasiones, sobre todo si has tenido a Ángel Baguer como profesor. Y muchos habremos estado de acuerdo con ella. Pero no tiene porque ser cierta...

Un argumento básico nos pone como impedimento para pensar lo contrario el hecho de que se compromete dinero. Y que ello debe generar más dinero porque si no no tendría sentido. Pues bien, me gustaría negarlo aquí: Una empresa no tiene por qué estar para ganar dinero.

Y no me refiero aquí a las ONGs o las fundaciones. Me refiero a las empresas que fabrican pan o que te dan cobertura telefónica. O a las que venden las pegatinas que colocas en la parte inferior de las patas de la silla. O las de bastoncillos para las orejas.

Obviamente, deben tener algún beneficio. Es decir, hay que ganar algo. Nadie realiza una acción, un proyecto si no espera tener algo a cambio. Ya sea subir un monte, correr la maratón, hacer la comida a alguien o quitarse pelillos del entrecejo. Con todos ellos esperamos obtener algo de beneficio, aunque al final el entrecejo se quede rojo y no haya merecido la pena tanto tirar.

Pero aquí está la trampa. Beneficio no es sinónimo de dinero. Sino que dinero es un tipo de beneficio. Pero hay muchos otros. Ejemplos cotidianos hay a montones: hacemos algo por verle contento a otra persona (porque eso nos reconforta); porque esperamos realizarnos; porque queremos desahogarnos. Pero estos ejemplos también pueden ser empresariales. Y la verdad es que hay casos ahí fuera: empresas que nacen con el objetivo real de autorealizarse. O de demostrarse a sí mismo que pueden. O para ayudar a compañeros. O para ganar algo de dinero mientras ayudan a un montón de gente. Casos en los que la facturación, el balance, los beneficios y el cash-flow no son lo más importante. Empresas que no tienen que ser una ONG dedicada a alimentar bocas o construir pozos sino empresas con personas humanas al mando que quieren hacer las cosas diferentes. Los ejemplos, si queréis, los buscáis. O que alguien los aporte.

También pueden crearse para ganar dinero. No digo eso. Pero no es obligatorio que ese sea su único y/o principal objetivo, como lo es ahora en la inmensa mayoría de los casos. Solo hay que ver que ninguna empresa hace el balance del año con las vidas que ha cambiado, lo diferente que es el mundo con su presencia,... Al final, se habla de dividendos... No digo que no se pueda hacer así. Pero lo que sí digo es que entonces se debe ser responsable de esa decisión.

Pero no penséis que los asalariados nos vamos a librar... montones de acciones que realizamos están encaminadas a "forrarnos" pero... ¡nos podemos librar de esa losa!... Elegimos el banco en función del interés que nos da. O de la confianza que nos aporta. Pero a nadie realmente le importa a quién deja su dinero, qué hace con él. Compramos una 2ª casa, un aparcamiento o un local porque esperamos sacar rédito de ello. Pero... ¿realmente nos aporta algo tener un trozo de ladrillo? Elegimos un producto en el supermercado por la relación calidad/precio y no nos importa cómo se produce, quiénes trabajan en esas empresas, cuánto contaminan, qué recursos gasta, cómo de eficiente es, qué conductas promueve.

Es decir, pidamos a las empresas Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Está bien. Pero imaginemos también un escenario de empresas diferentes, de directivos diferentes, de consumidores diferentes. Y re-eduquémonos nosotros también en todas nuestras acciones, en todas nuestras decisiones. Depende de nosotros. Y esperemos que los empresarios del futuro no tengan que preocuparse de la etiqueta "ética" porque sus principios serán realmente éticos. Y que los ciudadanos del futuro, que somos nosotros, no se preocupen tanto del dinero, sepan vivir con menos y tengan una mayor conciencia humana. O, por lo menos, que estemos más cerca de ese ideal de lo que lo estábamos el 9 de marzo de 2010.

domingo, 7 de marzo de 2010

¿Pero es que hubo alguna vez un milagro español?

Dejadme por un día que sea un copión... pero es que he leído este artículo de Javier Cercas y me ha encantado. Es simplemente genial, real, divertido y provocativo....
http://www.elpais.com/articulo/portada/hubo/alguna/vez/milagro/espanol/elpepusoceps/20100307elpepspor_2/Tes

Solo esperemos que esta ola de pesimismo no nos lleve mar adentro... o que no nos dejemos llevar mar adentro... josis, saca el rosco :)

sábado, 27 de febrero de 2010

Premios Sombra

Os dejo estos interesantes contra-premios. Nacen como contrapartida de los Premios Sol de la publicidad que se dan en San Sebastián y , en este caso, premian a la peor publicidad. Algunos de los ejemplos son: Premio LAVADORA VERDE al mejor “lavado de imagen” o Premio FLORERO a la publicidad en la que más se trata a mujeres y hombres como adornos.
Aquí van los premios del 2009 y en este link podéis encontrar el detalle de todos ellos:

Premio TORTILLA DE SILICONA a la publicidad que transmite los peores valores alimenticios, para Actimel de Danone. Los alimentos funcionales que comenzaron prometiendo cosas de lo más vulgar han pasado a crear incluso un lenguaje “publi-científico”, difícil de comprender para la ciudadanía y con evidentes tintes de oportunismo comercial. En el caso de Actimel, aunque los estudios independientes demuestran que este yogur tiene los mismos efectos inmunitarios que cualquier otro, su PVP llega a ser 4 veces mayor.

Premio ME LO LLEVO a la transmisión de los valores más consumistas, para Centro Comercial La Gavia. También la publicidad ha transformado al consumismo en una metodología terapéutica y a las grandes superficies en amplios consultorios expertos en “psicología positiva”. El anuncio premiado nos muestra el acto de comprar como una andadura para mejorar los estados anímicos humanos.

Premio LAVADORA VERDE al mejor “lavado de imagen” utilizando valores ecológicos para Endesa. En su anuncio se muestra un futuro sin limites en el uso de la energía “Para los hijos de tus hijos”, de espaldas a las previsiones de disponibilidad de fuentes de energía y a la situación de cambio climático en el que se encuentra el planeta.

Premio LAVADO SOLIDARIO al “lavado de cara” corporativo más hipócrita para Telefónica. Igual que las empresas más contaminantes se dedican al “lavado verde”, Telefónica mediante sus programas de RSC no busca sólo mejorar su imagen de marca mediante el “lavado solidario”, sino también explorar nuevas vías de negocio, captar nuevos segmentos de mercado y lograr más legitimidad social.

Premio FLORERO a la publicidad en la que más se trata a mujeres y hombres como adornos para Depuralina. El anuncio corresponde a un producto que cumple la doble función de “complemento alimenticio” y “producto depurativo”. En éste destacala utilización del cuerpo humano como una amenaza, como un montón de desechos acumulados durante los años en que no se haya consumido este producto.

Premio CHIMENEA a la visión más destructiva del medioambiente para Hummer. Esta marca de General Motors hace una apuesta publicitaria ambivalente y cargada de una violenta reafirmación. Un producto que es, publicitariamente, todo lo “contundente” que no son sus compradores potenciales.

Premio CENUTRIO a la transmisión de valores irresponsables para el desarrollo colectivo para Tele5. Las marcas y la TV se necesitan mutuamente. La crisis económica ha afectado a las ventas, lo que ha revertido en menos inversión publicitaria. Se trata de dos núcleos empresariales en la “cadena” de la globalización que, además de trabajar cooperativa y complementariamente, persiguen intereses comunes.

Premio especial al PEOR ANUNCIO LOCAL para la Comunidad de Madrid. El anuncio destaca las ayudas para los pequeños emprendedores en la CAM. Emprendedores condenados a la desaparición con la Ley de Modernización del Comercio de la CAM, que favorece los intereses de las grandes superficies de distribución en detrimento del pequeño comercio.

Premio especial A TODA UNA TRAYECTORIA para Repsol. “Inventemos el futuro” dice el eslogan de la campaña de Repsol. Pero parece que la multinacional española tiene poco que inventar: tiene clara su estrategia de marketing, la imagen de marca que quiere construir y cómo ésta le sirve para invisibilizar los graves impactos socioambientales que está generando en varias partes del planeta.

Premio especial LA CRISIS ES RENTABLE para Carrefour. La campaña publicitaria “Dios les cría y ellos se juntan” fue lanzada por Carrefour en el momento en que más patente se hacía la crisis. El mensaje de la campaña es que pese a la situación económica, no se debe renunciar a “las pequeñas cosas que nos hacen felices”, como el consumo desenfrenado, ya que los bajos precios de Carrefour permiten continuar consumiendo al mismo ritmo que antes.

domingo, 21 de febrero de 2010

KIVA

Me vais a dejar que os ponga este vídeo porque me ha encantado este proyecto. Se llama KIVA y son una pareja de San Francisco que media para otorgar microcréditos en países como Camboya, Perú, Congo,... e incluso en el propio EEUU.

Espero que os guste porque a mí me ha encantado:

A Fistful Of Dollars: The Story of a Kiva.org Loan from Kieran Ball on Vimeo.




Y también este para que no dudéis que es un engaño:











sábado, 13 de febrero de 2010

Cosas de la fama, MadTV

Este post se iba a llamar algo así como "¿Dónde te dejaste los principios?" o "¿Por qué te gusta realmente la música?" o algún título parecido que me pertiese reflexionar sobre determinados cambios en artistas en el que el único objetivo prioritario es ganar más dinero. Ya sea enseñando más carne, dejando que te escriban las canciones o acudiendo a algún programa de TV. Todo mi respeto hacia ellos. Que cada uno haga lo que quiera, pero que no me digan que los motivos son "artísticos"...

Y todo esto me viene porque esta mañana en la ducha me he acordado de Jewel. Sí, de Jewel. Aquella chica con cara de buena que cantaba baladillas y que de repente apareció a lo brinniespirs enseñando carne. La diferencia la podéis ver entre este tema de sus inicios, cantado con sensibilidad. Y este otro tras su "transformación" que muestra su tipín en todo su explendor.

Pero el caso es que me he encontrado con un vídeo que me ha chafado este post. Ya no tiene sentido porque me parece mucho más recomendable enseñaros este clip de MadTV que cuenta a modo de parodia lo que yo estaba pensando:


Muy buenos estos tíos de MadTV. Tienen un montón de vídeos graciosísimos, musicales o no. Pero ya que he empezado con las miserias de la fama, voy a terminar también con ellas. He aquí otro ejemplo. El vídeo womanizer de la brinni:


PD: ¿No se parece un montón Jewel a Kate Moss?
PD2: Si os han gustado, os gustará el de Destiny's child...

sábado, 6 de febrero de 2010

Por favor, cambiemos ésto

Empezamos a ser bastantes los que sentimos esta crisis como un punto de inflexión. Sentimos dentro un grito extraño que nos obliga a darnos cuenta de que este mundo debe ser mejorado. Sin querer, poco a poco, hemos tolerado con nuestro silencio la división del mundo en ricos y pobres; el asesinato de cientos de miles de personas condenadas a la pobreza; una estructura social con diferencias entre ricos y pobres abrumadora también en los países desarrollados; unos indicadores que solo miden la riqueza cuando hace tiempo que hemos empezado a entender que ya no la queremos para nada. Hemos tolerado también que nuestro mundo se organice según el dinero y donde el objetivo siempre es crecer, ganar más, tener más. Incluso si creemos que no necesitamos más.

No lo digo como un lamento o como una auto-bronca. Afortunadamente lo digo feliz porque creo que muchos hemos despertado y no nos conformamos con lo que tenemos. Y no me refiero al dinero. Si no que no nos conformamos con la organización de la sociedad, del Estado, de las empresas. No nos gusta la forma estándar de relacionarnos ni de entender el mundo.

Ahora solo nos queda un paso. Intentar cambiar esto. Obviamente, es un paso dificilísimo porque no sabemos cómo cambiarlo. No sabemos cuál es la mejor forma de hacerlo ni como debe ser en el futuro. Ni siquiera sabemos si somos 10.000 o 20.000.000.000 los que pensamos así. Pero tenemos la ventaja de que sabemos que somos bastantes los que hemos cogido coraje con esta crisis. Al fin y al cabo, nos hemos estafado, nos hemos engañado a nosotros mismo, nos hemos metido en una crisis incalculable. Primero nos deprimimos. Pero es tal el hastío que nos levantamos.

Y es ahora cuando nos levantamos, cuando debemos intentar cambiar esto. Aunque no sepamos cómo. Ni tengamos un plan calculado. Tampoco consensuado... pero ha llegado nuestra hora. No digo la hora de los jóvenes, sino la de los que entiendan que este mundo así no nos vale. Que somos parte de él y por lo tanto podemos cambiarlo. Tengamos 100 o 10 años.

Hoy más que nunca tiene sentido para mí este blog. Aunque no lo lea nadie, poner las ideas por escrito me da fuerzas. Hoy más que nunca tienen sentido los objetivos que he descubierto en este blog. Y hoy más que nunca me suena mejor el estribillo de Mis-shapes que sale en el link anterior, y canción oficial de este blog.

¿Quién quiere atracar y cambiar este mundo?

sábado, 30 de enero de 2010

Parecidos razonables

Vais a pensar que es una chorrada pero como es mi blog, pues me lo puedo permitir :)

El otro día me compró Jaione un desodorante... (pues si que empiezo con profundidad el post :))... y tenía una imagen de unos ojos que se me hacía familiar... lo miraba pero no sabía muy bien a que me sonaba:

Y dándole vueltas y vueltas.... ¡coño! Pero si yo tengo una foto parecida... ¡pero si se parece a mí! Echadle un ojo. No se aprecia tan bien en la foto de arriba pero la forma de las cejas es casi la misma (mismo espesor, los pelos de la parte interior salen en vertical), la cuenca de los ojos, las ojeras, la mirada... quizás la nariz parece algo diferente. Pero hay que fijarse muy bien...
¿Debo denunciarles por plagio? ¿Debo ser recompensado por mi "creación" y cobrar un canon por cada desodorante vendido? ¿Debo pagar yo por tener esta foto en el frigorífico? ¿Queréis un autógrafo?