sábado, 6 de diciembre de 2008

Estimado Sr. Moreno

Sorprende a una persona como yo, del pueblo llano, que, siendo capaz de haber publicado un artículo en un periódico de tirada nacional, no sea capaz de ser un poquito más reflexivo y hacer un poco de autocrítica.

Me sorprende también que caiga en los mismos errores que dice que cometen los miembros del Gobierno. Es decir, que no sean capaces de ser autocríticos con su propia obra. Del mismo modo, usted se extiende en un largo artículo para decir: "El Gobierno ha hecho una reforma estúpida y no es capaz de verlo. Los profesores somos unos cracks y no tenemos culpa de nada. Y los pedagógos so unos cantamañanas"...

Pues bien, como ya he explicado en mi post anterior, creo que la educación necesita un cambio importante en todos los estamentos (Estado, profesores, colegios, familias y alumnos), Por lo tanto, me voy a permitir el lujo de enumerar los errores que, en mi opinión, comete hoy día el profesorado. Obviamente, primero hay que puntualizar que en estas líneas voy a generalizar. Con todos los errores que se cometen en el camino. Por si hace falta que lo diga, dejo claro primero que hay profesores buenísimos (y otros malísimos) y que estoy hablando del método de funcionamiento y de su marco más amplio.

Yendo al grano, me quedo atónito al leer su artículo porque obvia mucha información que "perjudica" a su gremio... así que no sé si es que soy el único que la veo o la omite deliberadamente. Hablando claro:
  1. Condiciones laborales. No sé si recuerda que las condiciones de los profesores son extraordinariamente buenas. Por lo menos yo lo considero así a tenor de una dedicación anual máxima de unas 1500 horas (unos 25 días menos, teniendo en cuenta que el resto de la humanidad en España trabaja de media unas 1700 horas, mínimo). A esta dedicación habrá que restarle aquellas horas de trabajo interno que muchos de ustedes no dedican. Por lo tanto, nos podemos encontrar más de un caso y de 2 que trabajen unas 1200 horas al año... Todo esto con un sueldo anual claramente superior a la media (si lo calculamos en €/hora la diferencia es mucho mayor).
  2. Ambiente de trabajo. Reconozco que tiene mérito tratar con un puñado de adolescentes o niños, pero también creo que tienen mucho mérito otros muchos trabajos en los que las exigencias y el estrés acumulado son iguales o mayores: desde atender a toda la gente que llega a un establecimiento a los que tienen que gestionar a un grupo de personas.
  3. Formación. No sé si soy el único que ve que la formación que reciben los profesores es escasa. 3 años de una de las carreras más fáciles provocan que buena parte de los jóvenes que no saben que hacer o que tienen una nota baja opten por Magisterio. Recordemos que serán los educadores del futuro...
  4. Reciclaje. Visto su artículo es fácil adivinar que a Vd. esto le suena a cuento chino. O, mejor dicho, que no le ha servido de nada porque en lo único que se ha centrado en esos cursos es en sacar de quicio las recomendaciones que le han formulado. Y se nota porque sigue pensando que no puede aprender absolutamente nada de sus alumnos. Se nota en que segiurá poniendo los mismo ejemplos que servían a niños hace 2 decadas. Se nota en que no es capaz de ver que los errores son parte del proceso de aprendizaje (probablemente, ¡hasta Vd. los cometa a veces!). No le vendría mal leer alguno de los libros que le recomiendan... pero leerlo con espíritu constructivo...
Pues bien, llegado a este punto he de decir 2 cosas: (1) que la profesión de educador se merece esas condiciones laborales (posiblemente otras muchas también pero eso sería otro tema) porque es una inversión que hace la sociedad en las futuras generaciones. Pero (2) al mismo tiempo les tenemos que exigir muchísimo (comparable a esas condiciones). Les tenemos que exigir que sean capaces de educar a cualquier niño (sea más o menos inteligente), que se reciclen, que cada clase sea diferente, que acepten que cada alumno es diferente, que se comprometan con el proceso educativo, que entiendan a sus alumnos, que se pongan en su lugar, que sean creativos, educados, pacientes... Sí, ya sé que es pedir la perfección... pero por lo menos que intenten acercarse.

También creo que la inmensa mayoría de los profesores tienen buena voluntad y poseen algo que creo que Vd. no tiene: ganas de mejorar. Por eso creo que, para empezar, la preparación de los futuros profesores debe ser mucho mas dura: ¡no puede ser profesor cualquiera! Que no sólo se le aporte conocimiento a los futuros profesores sino, sobre todo, herramientas que le ayuden en el día a día (y para eso la pedagogía es importante). Herramientas que les ayuden en los retos de hoy día. No en los de hace 20 años. Y que la Universidad anime a reciclarse cada día porque el ritmo del mundo es frenético y cambia cada hora.

Por otro lado, creo en la capacidad de muchos de los profesores actuales. Capacidad para re-formularse. Aprender a enseñar desde una nueva perspectiva. Pero eso compete no sólo al Estado y los colegios sino también a los profesores actuales. Deben querer mejorar.

Y, por supuesto, también exigir cambios al resto. Exigirnos a nosotros, al Estado, al Colegio... Pero, debe ser consciente, Sr. Moreno, que tiene mucho que cambiar para poder merecerse el sueldo y las vacaciones que tiene.

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