martes, 21 de abril de 2009

¿Y si subiésemos el precio de la energía?

Aunque pocas, afortunadamente son cada vez más las personas que declaran que están dispuestas a que empeore su calidad de vida ante la visión de que este mundo no tiene recursos para la vida holgada de todos los que habitamos en este extraño lugar llamado Tierra.

Por otro lado, sigo en la línea de mi post anterior "La Bolsa o la vida" donde puestos a que los tertulianos de economía no tengan ni idea pues nos ponemos todos a opinar y a repensar el mundo en el que todos vivimos.

Así que hoy estaba leyendo sobre el sector energético, la nueva ley, las oportunidades de las renovables y reflexionando un poco ves cosas que no parecen tener mucho sentido:
  1. Las renovables reciben subvenciones para ser competitivas
  2. Sin embargo, esta subvención se da para compensar el daño que suponen en la sociedad el resto de fuentes de energía
  3. Es decir, el precio de la energía realmente es mucho más alto ya que no se debería dar dinero al "que lo hace bien" sino penalizar al "que lo hace mal" (y con ese dinero potenciar las "limpias")
  4. 2ª conclusión: las de combustile fósil son más caras de lo que cuestan porque emiten CO2 y las nucleares porque, aunque no lo emiten, nos someten a un nivel de riesgo bajo pero de consecuencias muy graves (ver Chernóbil)
  5. 3ª conclusión: ese sobrecoste lo pagamos vía impuestos dando dinero a las renovables pero el pago de cada ciudadano se basa en su patrimonio y no en su consumo (aunque seguramente exista una relación)
Con este panorama (quizás algo simplista del mercado energético, soy consciente) y teniendo en cuenta que cada vez se hace más hincapié en la reducción de nuestro consumo energético porque no plantearnos el título de este post: ¿Y si subiésemos el precio de la energía? ... y, al mismo tiempo bajasen nuestros impuestos proporcionalmente, claro... El dinero se reparte de la misma manera: el ciudadano (o la empresa) paga más en la factura pero recibe dinero vía una reducción de impuestos; el Estado recibe menos impuestos pero esa misma cantidad la recibe de las compañías eléctricas; y dichas compañía cargarían el sobre-coste a sus clientes.

Dos cosas están claras: (1) que seguro que tiene inconvenientes; y (2) que una medida sería tremendamente impopular. Pero lo que está claro es que nos obligaría a vivir de manera más consciente. Sabiendo que nuestras decisiones afectan de una manera u otra. a nuestra vida (ya sea por el agujero de la capa de ozono, el aumento del nivel del mar, la extención de especies, los cambios de temperatura o la extinición de la vida en la Tierra si se quiere ver así). Conociendo el perjuicio que tiene para nosotros y los que nos rodean la producción de energía no renovable. Y visualizando que el consumo de energía es un % tan importante de nuestros gastos mensuales nos aplicaríamos en la tarea de reducir el consumo energético.

Lo mismo se puede decir de los combustibles o del agua. Parece que sólo nos damos cuenta cuando nos duele el bolsillo y como parece que el Estado no es nuestro bolsillo pues se va dejando pasar.

No sé que os parece pero le sigo dando vueltas... :)

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